"Yo no gobernaría con Esquerra"
CiU inició la legislatura en el Congreso alineándose con el PP en la más dura oposición. Y quiere terminarla siendo un socio estable del PSOE y del Gobierno. Manejando esa complicada transición se encuentra Josep Antoni Duran Lleida, presidente del grupo de CiU en la Cámara baja. A Duran, uno de los dirigentes moderados de la federación nacionalista, no le duelen prendas en criticar el proceso de aprobación en Cataluña del nuevo Estatuto, que considera erróneo al crear unas expectativas que, a su juicio, todos los partidos sabían que no podían cumplir: incluyendo su propia federación, que también se sumó a ese crescendo político.
Pregunta. ¿Conocía de antemano la reunión entre José Luis Rodríguez Zapatero y Artur Mas, el 21 de enero, en la que se fraguó el sí de CiU al Estatuto?
"ERC permite que se dé la sensación de que se está suprimiendo el castellano en Cataluña"
"El Estatuto aprobado por el Parlamento catalán es fruto de puros tacticismos. Maragall quiso presentarse más nacionalista que CiU. Y CiU más nacionalista que Esquerra"
"Todos alimentamos unas expectativas al pueblo catalán que no se podían llevar a la práctica"
"Me parecería esotérico que Zapatero y Mas hubieran acordado, en su reunión, no sé qué nombre como candidato del PSC a la Generalitat"
Respuesta. No. Me enteré ese mismo día pasadas las once de la noche. Me llamó Mas y me dijo: "Estoy en La Moncloa y hemos llegado a un acuerdo con el presidente del Gobierno". Previamente, Alfredo Pérez Rubalcaba [portavoz del PSOE en el Congreso], con quien estuve hablando por teléfono toda la tarde, me dijo: 'Si están reunidos, ahora diré que te llamen'. Y así fue.
P. Pero el acuerdo de ese mismo lunes en la ejecutiva de CiU es que usted y Mas compartirían la decisión, siempre respetando la última palabra de Mas, como presidente de CiU y presidenciable a la Generalitat.
R. Cierto. Eso es lo que acordamos en esa reunión, en la que di mi apoyo al texto del Estatuto porque yo conocía de antemano los contenidos finales de la negociación, excepto en el tema de la nación. Como un acuerdo de este tipo afecta sobre todo a la política catalana y a la candidatura de Mas, dejé claro que su opinión sería determinante y que la haría mía aunque la decisión fuera distinta. Fui el único que ese día defendí el sí.
P. Entonces ¿qué paso?
R. Ya lo he dicho todo. Ahora toca pasar página y congratularme por los acuerdos alcanzados. Ahora toca concentrarnos en la negociación de la Comisión Constitucional, seguro que lo sucedido está marcando las relaciones entre Unió y Convergència. Deseo que la situación se reconduzca y se reconducirá.
P. En esa reunión de La Moncloa se abordaron otros temas más allá del Estatuto, colaboración futura entre CiU y el PSOE, calendario electoral... Si no es así, Convergència no lo ha desmentido.
R. Pues si no lo ha desmentido CDC, imagínese yo, que no estuve presente. Esos contenidos, si existen, ni los conozco ni quiero conocerlos. Con todos mis respetos, un adelanto electoral en Cataluña depende del presidente de la Generalitat, no de Mas o Zapatero. Pero todavía me parecería más esotérico que ambos hubieran acordado no sé qué nombre como candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat. Y ya no digo de pactos, porque el PSC impuso el Gobierno tripartito en Cataluña en contra del criterio del PSOE. En cualquier caso, no quiero que nadie piense que acepto el nuevo Estatuto no por sus contenidos sino por un supuesto pacto sobre el retorno de CiU al Gobierno catalán o su presencia en el Gobierno de España.
P. Usted es el primer dirigente de CiU que ha reclamado insistentemente un adelanto electoral...
R. Ahora CiU lo pide en función de la decisión final que tome Esquerra sobre el Estatuto. De hecho debería ser ERC sin que nadie la presionara la que abandonara el Gobierno. Si acusa a CiU de traicionar los intereses de Cataluña, ¿supongo que también lo habrá hecho al PSC e ICV?. ¿No? Luego, ¿qué principios tiene ERC que puedan permitir votar no, acusar de traición a sus socios de gobierno y al mismo tiempo continuar ostentando el poder? Por dignidad política y coherencia, ERC debería abandonar el Gobierno y convocarse elecciones. Pero en la política catalana, durante dos años, las he visto de todos los colores.
P. ¿Qué escenario se imagina?
R. No creo que Pasqual Maragall adelante las elecciones.
P. ¿Y después?
R. Un Gobierno presidido por CiU con apoyos para gobernar porque es difícil que podamos hacerlo en solitario.
P. Opciones de coalición.
R. Hay muchos temas de Cataluña, tanto interiores como exteriores, que sólo pueden resolverse con un acuerdo entre socialistas y CiU sin que esto signifique gobernar juntos. Y de la experiencia de dos años de tripartito, el PSC y CiU tienen el deber y la responsabilidad de analizar qué ha sucedido en Cataluña y de evaluar qué fuerzas políticas son o no opciones de gobierno. A partir de aquí, que cada uno saque sus conclusiones. Yo no gobernaría con Esquerra a la vista de lo que ha sucedido en estos dos años.
P. ¿Por qué?
R. ERC es un partido más preparado para la radicalidad verbal, la pancarta y la oposición que no para la gobernabilidad.
P. En los últimos años, Jordi Pujol mantuvo su rechazo al pacto con ERC frente a otros socios, como el PP. Un Gobierno CiU-ERC ¿dificultaría también las relaciones Cataluña-Madrid?
R. Un gobierno de este tipo supondría un cierre de filas nacional, que podría ser celebrado por sectores radicales nacionalistas del país pero sería muy poco eficaz para Cataluña. Complicaría la situación y significaría un cerrojo respecto a España. Hay que hacer una reflexión sobre todo lo que ha pasado con el Estatuto. España no ha reaccionado bien, pero tampoco en Catalunya todo se ha hecho correctamente. El Estatuto que se aprobó en el Parlament es fruto del puro tacticismo. Maragall quiso presentarse más nacionalista que CiU. Y CiU más nacionalista que Esquerra.
P. ¿Se fue demasiado lejos?
R. Todos alimentamos unas expectativas al pueblo catalán que no se podían llevar a la práctica. Cuando algunos dirigentes sostenían que no se podía tocar ni una raya, ni un punto, ni una coma, ni recortarían nada estaban engañando a la ciudadanía. Además hay más ámbitos de reflexión, mire, cuando el 90% de los diputados aprueba que Cataluña es una nación hemos de tener presente que ésta no es la opinión del mismo porcentaje de ciudadanos. Cataluña, guste o no, es la mezcla de muchas realidades. De muchos Vic y de muchos Hospitalet de Llobregat.
P. ¿Ha habido incomprensión por parte del resto de España?
R. Sí, demasiada visceralidad. Además, el contenido de alguna de las reivindicaciones del Estatuto tampoco ayuda ni, por supuesto, las señales completamente extrañas que lleva recibiendo de parte del tripartito sobre lo que significa la izquierda catalana. Pero tan malo sería que sacáramos la conclusión de que España no nos entiende como que no fuéramos capaces desde Cataluña de hacer autocrítica. Ahora bien, España se ha de preguntar por qué el concierto vasco no provoca ningún tipo de agitación social cuando la reivindicación catalana era mucho menor. Y debe entender que la unidad de España es compatible con el reconocimiento de realidades nacionales diferenciadas.
P. ¿Qué posibilidades hay de incorporar a ERC al consenso?
R. Tenía margen, pero se está equivocando al centrar su reivindicación en la financiación y el término nación. Podrá entenderse o no, pero los socialistas han llegado al límite, incluso a sabiendas de ciertas repercusiones electorales. El PSOE no tiene margen y Esquerra, sí.Josep Antoni Duran Lleida / Presidente de Unió Democràtica
Mucho antes de que Artur Mas diera su visto bueno al nuevo Estatuto, Josep Antoni Duran Lleida (Alcampell, Huesca, 1952) ya dijo sentirse capaz de defender su contenido, en la ejecutiva de CiU del lunes 16 de enero. El sábado de esa misma semana, con el total desconocimiento de Duran, Mas cerró un pacto sobre el Estatuto en La Moncloa con José Luis Rodríguez Zapatero. Duran considera que esta ocultación marcará las relaciones entre los dos partidos de la federación nacionalista. P. ¿Cree que la oposición de ERC al Estatut puede influir en los sectores más nacionalistas de la federación?
R. Sinceramente, creo que no. Puede que a todos nos les guste el acuerdo, pero ERC no tiene ninguna autoridad moral para discutirlo. Dicho esto, creo que ERC tiene la decisión adoptada de votar en contra y erosionar a CiU con el Estatut como el PP lo hace con el PSOE. Una vez más los extremos, PP y ERC, se tocan y se retroalimentan.
P. ¿Es partidario, como promueven algunos sectores de CDC, de bloquear el Estatuto en el Congreso si ERC no lo bendice? ¿En qué condiciones es partidario de bloquear el Estatuto en Madrid?
R. No conozco esa opinión. Tanto Mas como yo hemos dejado muy claro que, mientras se cumpla lo pactado, habrá Estatut. Si no se cumple, dejará de existir el pacto y creo superfluo añadir nada más excepto que estoy convencido que el PSOE, al igual que CiU, cumplirá sus compromisos.
P. Pujol e incluso Mas han insistido que éste es un pacto para pocos años.
R. No puedo juzgar lo que ellos piensen. Le diré lo que pienso yo y es que dar una imagen de provisionalidad del nuevo Estatut no es bueno ni para Cataluña ni para nadie. Ni Mas, ni yo, ni Rodríguez Zapatero podemos ni debemos volver a situar encima de la mesa una reforma del Estatuto. ¿O ya hemos olvidado la tensión creada entre Cataluña y España?
P. ¿Respecto al PP?
R. No veo ningún margen porque de antemano ha decidido no incorporarse al acuerdo. Ha hecho del Estatuto un instrumento de erosión del PSOE y del Gobierno de España y está convencido de que utilizar a Cataluña le da votos.
P. Pero ¿es posible que CiU, no estando en la Generalitat, se implique en la gobernabilidad del Estado?
R. Es mucho más difícil pero no hay que descartarlo. Pero este escenario no está sobre la mesa.
P. Respeto a la política lingüística de la Generalitat, ha dicho que Esquerra la aplica mal.
R. La ley de Política Lingüística no la votaron ni Esquerra ni el PP. ERC porque le parecía insuficiente. Y ahora intenta aplicarla subsanando esa presunta insuficiencia. Y no está haciendo bien las cosas porque permite que se de la sensación de que la normalización del catalán equivale a la supresión por decreto del castellano en nuestra sociedad. Pero ni se puede por decreto imponer el catalán ni por decreto suprimir el castellano. El nuevo Estatuto ayudará con la igualdad del deber de conocer y utilizar ambas lenguas. Por la vía de la imposición y la provocación no se resuelve nunca nada. ERC tiene que rectificar algunos criterios de aplicación de una ley necesaria.
P. ¿Hay campaña contra la normalización del catalán?
R. La campaña existe, es del PP y de sus medios, exagera y desvirtúa unos hechos aislados que también existen. La sensación que queda es que de Cataluña se quiere expulsar el castellano. Y esto es una infamia. Nada más lejos de la realidad.
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