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Italia acaba con la distinción entre drogas duras y blandas

Enric González

El Parlamento italiano ha aprobado una nueva ley que acaba con las distinciones entre drogas generalmente consideradas "ligeras"o "blandas", como el hachís o la marihuana, y las drogas "duras", como cocaína, heroína o éxtasis. Fumar un porro (cigarrillo de droga) implicará en adelante sanciones administrativas, como la retirada del pasaporte o multas de diversa cuantía. A falta del reglamento que debe desarrollar la ley, se desconoce aún cuál será la cantidad que separará penalmente el consumo personal del tráfico, pero Alianza Nacional, el partido posfascista que impulsó la iniciativa, quiere que "a partir de 10 o 15 porros pueda hablarse de comercio y, por tanto, de responsabilidades penales".

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La derecha calificó la nueva ley de "revolución cultural". "Hay que acabar con la cultura izquierdosa de la tolerancia con ciertas drogas, que ha convertido en zombies y esclavos a decenas de miles de jóvenes italianos", declaró Enzo Fragalá, de AN. "El porro es casi siempre el primer paso hacia otras drogas y puede tener consecuencias tan perniciosas como otras sustancias prohibidas", agregó, "por lo que la tabla de sanciones será la misma para el hachís y para la heroína, aunque varíen las cantidades que definen el delito de tráfico de estupefacientes".

Fragalá subrayó que la ley no se limita a reprimir y aporta nuevos recursos a la prevención y a la rehabilitación.

Criminalizar al consumidor

Luigi Manconi, responsable de derechos civiles del Partido de los Demócratas de Izquierda, dijo en cambio que la nueva ley resulta "de un electoralismo obsceno", se basa en "una vergonzosa grosería acientífica y en una irresistible pulsión autoritaria" y criminaliza por igual a consumidores y traficantes. "Una ley de este tipo sólo consigue que el traficante comercie con las drogas más duras, porque, a igualdad de condena, el margen de beneficio es mayor", explicó.

Monseñor Vinicio Albanesi, fundador de Capodarco, una comunidad de ayuda a toxicodependientes, dijo que la ley es "inútil" y está "muy mal hecha". "La represión no resuelve los problemas de las dependencias", indicó.

Los Demócratas de Izquierda pidieron al presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, que se niegue a promulgar la ley. Prometieron además que, en cualquier caso, cambiarían la ley si ganaran las elecciones generales de abril.

No toda la coalición de Silvio Berlusconi está convencida de que la ley sea apropiada. El escepticismo de algunos aliados democristianos y la falta de calendario legislativo (las cámaras se disolverán probablemente este fin de semana, para celebrar las elecciones del 9 de abril) obligaron al Gobierno a conseguir la aprobación por una vía atípica: introdujeron la equiparación de drogas "duras" y "blandas" en el interior de un paquete de leyes sobre seguridad en los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín.

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