"Reforzar el Estado no significa reforzar la represión"
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, considera que sería un "gran error" interrumpir la ayuda internacional al pueblo palestino "ahora que, de forma legítima, ha llegado al poder una organización a la que toda la comunidad internacional acusa de ser una organización terrorista". "Ésta es una situación poco agradable para los participantes en el proceso de paz, pero estoy totalmente convencido de que hay una salida", señala el dirigente ruso, que asegura "no ser pesimista" respecto a la posibilidad de un compromiso en Oriente Próximo. En una rueda de prensa con corresponsales españoles en Moscú, en vísperas de su visita de Estado a Madrid, Putin afirmó tener "algunas ideas sobre lo que debemos hacer y cómo", e indicó que hablará de esto durante su visita a España. A diferencia de otros países, Rusia no considera a Hamás una organización terrorista. "Cuando hablamos de las causas y raíces del terrorismo, por lo general enumeramos la injusticia social, la pobreza y el paro", afirma el presidente en defensa de su alegato para que la comunidad internacional continúe ayudando a los palestinos.
"Esperamos que los activistas religiosos y los líderes musulmanes puedan controlar la situación"
"Por desgracia, la humanidad no ha elaborado una forma efectiva de lucha contra la corrupción"
"Es la primera vez que oigo que le han enviado [a Mijaíl Jodorkovski] a una celda de castigo"
"No mantenemos conversaciones con quienes tienen las manos manchadas de sangre de rusos"
Putin dice lamentar "el enfrentamiento religioso" que se da hoy en el mundo a causa de las caricaturas de Mahoma y considera "intolerable" cualquier provocación en este campo. "Hay que pensar cien veces antes de publicar o dibujar algo", afirma. "Condenamos las caricaturas que ahondan el cisma entre las confesiones, que provocan y ofenden los sentimientos de los fieles". "Cuando condenamos la pornografía infantil, no nos amparamos en las consignas de la libertad de opinión", señala. Si el Estado no puede impedir la aparición de las caricaturas, "por lo menos debe pedir perdón". "Las manifestaciones extremas, vengan de donde vengan, son siempre peligrosas, y esperamos que los activistas religiosos y los líderes musulmanes puedan controlar esta situación", exclama.
Sobre el programa nuclear de Irán, Putin considera "muy equilibrada" la decisión de la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y quiere explicar a Teherán que "el informe iraní no ha sido transferido al Consejo de Seguridad". "De lo que se trata es de informar al Consejo de Seguridad del trabajo conjunto sobre el dossier de Irán, pero no de entregarlo. Ésta es una diferencia muy sustancial, y eso nos permite seguir buscando el camino para regular el conflicto", agrega. Sobre la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, afirma que la OSCE no debe convertirse en el "guardián del espacio pos-soviético", porque en Europa existen otros muchos problemas.
Mijaíl Jodorkovski, el que fuera el empresario más rico de Rusia, cumple condena en un penal de Siberia. Sus abogados han denunciado que el magnate fue enviado a un celda de castigo por tener consigo un documento del Ministerio de Justicia en el que se enumeran sus derechos de recluso. Algunos creen que Jodorkovski es objeto de una venganza; otros, que no se trata de una situación específica del ex multimillonario, sino de la situación general de las cárceles rusas.
"La cárcel no es una residencia de descanso", dice Putin, riendo. "El que está condenado por los tribunales no elige el lugar de reclusión. Eso lo hace el Ministerio de Justicia. Es la primera vez que oigo que le han enviado a una celda de castigo. Me entero por usted. En cuanto a la venganza, no entiendo quién puede vengarse y por qué". El presidente asegura que se interesará por el caso: "Preguntaré al Ministerio de Justicia qué pasa y adónde le mandaron, y si le mandaron a la celda de castigo y por qué, pero un centro de reclusión no es la empresa donde él era el jefe y daba instrucciones. Aquí, él debe someterse al orden existente".
¿Cree Putin que hay que elaborar reglas precisas y transparentes para que los funcionarios del Estado no utilicen su posición para enriquecerse? El presidente opina que "el deseo de utilizar el cargo para lograr algún beneficio suplementario" es tan viejo como el Estado mismo, y ese "fenómeno monstruoso" es generalizado. "Por desgracia, la humanidad no ha elaborado una forma efectiva de lucha, pero eso no significa que debamos resignarnos". El presidente recomienda "transparencia" e indica que un Estado fuerte podría ser la panacea. "Cuando se debilita el Estado, se produce la corrupción". Según él, a mediados de los noventa, en Rusia, los oligarcas locales "hacían que el Parlamento aprobara las leyes que les eran ventajosas a ellos y no a la sociedad, y luego influían en su cumplimiento". El presidente afirma que "reforzar el Estado" no significa "reforzar el aparato represivo, sino la capacidad de adoptar las leyes que la sociedad necesita y de ponerlas en práctica". "El fortalecimiento del Estado, entendido así, no contribuirá al desarrollo de la corrupción, sino todo lo contrario, porque la sofocará".
Los oligarcas rusos, como Jodorkovski o el magnate Román Abramóvich, utilizaron esquemas opacos para hacer negocios. Pero ¿para qué necesitaba el Estado ruso recurrir a estos esquemas con el fin de comprar el imperio petrolero de Yukos o para suministrar gas a Ucrania? El Estado recuperó Yuganskneftegaz (la mayor empresa del imperio Yukos) en una truculenta subasta de privatización en diciembre de 2004 por medio de una empresa fantasma que se llamaba Baikalfinansgroup.
En lo que se refiere a Rosukraenergo, Putin afirma desconocer a quién pertenece el 50% de esta empresa que actúa como intermediaria para la venta del gas ruso a Ucrania (el otro 50% pertenece a Gazprom). "Pregúntele a Yúshenko", afirma refiriéndose al presidente ucranio. Insiste, no obstante, en que lo más importante para Rusia es la nueva fórmula para calcular el precio del gas a Ucrania.
Putin dibuja números en un bloc de notas, luego arranca la hoja utilizada y cuidadosamente la guarda en el bolsillo interno de la americana. Asegura que fueron los mismos ucranios los que insistieron en establecer la economía de mercado, aunque luego "se escondieron" y evitaban reunirse con los rusos. Los 50 dólares por mil metros cúbicos de gas que Ucrania pagaba a Rusia suponían un dumping total en el mercado europeo de producción metalúrgica, petroquímica y abonos. Ahora, tras la firma del acuerdo, "se han creado condiciones de estabilidad" para el transporte de gas al mercado europeo y se ha acabado con un sistema de relaciones opacas, en el que "no era posible saber quién recibía gas y cuánto, y quién reexportaba y a qué precios".
En la solución de conflictos como el de Chechenia, Putin rechaza de plano el diálogo con los terroristas, "porque cualquier conversación con los terroristas debilita al Estado y les fortalece". "Ahora bien, si una organización depuso las armas y declaró con firmeza que renuncia a cualquier forma de lucha armada con el Estado, entonces merecen que se dialogue con ellos, pero en cada caso concreto hay que determinar qué diálogo y con quién". "Nosotros no mantenemos conversaciones con quienes tienen las manos manchadas de la sangre de los ciudadanos rusos, pero damos la posibilidad de participar en las actividades políticas a los representantes de la oposición, incluida la oposición armada de Chechenia, que no estén mezclados en asesinatos, que no sean criminales. Ahora, una gran parte del Ministerio del Interior de Chechenia está formada por ex guerrilleros". "Hay que involucrarlos en la vida normal".
En la Duma, Rusia Unida, el partido de los seguidores de Putin, tiene mayoría absoluta. ¿Se dispone el presidente a utilizar su apoyo en el Parlamento para conseguir la ratificación del protocolo destinado a abolir la pena de muerte, tal como le pide el Consejo de Europa? "Mi influencia en la Duma es importante, pero está muy exagerada". "Yo no planteo temas que pueden provocar una reacción negativa y un rechazo", afirma. Preguntado sobre qué le resulta útil hoy de su tiempo en el KGB, Putin afirma que lo más positivo de aquella época es "el trabajo con la gente, gente con distinto nivel educativo, de distinta fe y con distintas convicciones".
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