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Reportaje:

La batalla de las papeleras

Se recrudece la tensión entre Buenos Aires y Montevideo por la construcción de dos fábricas de pasta de celulosa en Uruguay

Jorge Marirrodriga

Una gigantesca pancarta con el lema "No a las papeleras" se alza sobre las garitas del puente Libertador General San Martín, uno de los pasos entre Argentina y Uruguay que desde el pasado viernes permanece bloqueado por las protestas argentinas por la construcción en el lado uruguayo de dos plantas productoras de pasta de celulosa, que los argentinos aseguran causarán graves daños ecológicos. El bloqueo de la frontera ha hecho subir la tensión entre dos Gobiernos en teoría afines. El presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, comparó ayer a Argentina con un maltratador de mujeres.

"Es una protesta muy mal gestionada", destacó el fin de semana uno de los camioneros en Gualeguaychú (provincia de Entre Ríos), que lleva atrapado desde hace varios días junto a la carretera. "La fábrica sigue construyéndose, los turistas se dan la vuelta y los políticos están cruzados de brazos. Y se está violando la ley, porque se está cortando una ruta nacional". A pocos metros de él, 160 camiones aguardan parados mientras unas 600 personas con banderas argentinas bloquean la ruta 136. Para la medianoche de ayer (hora española) se disponían a votar si proclamaban el bloqueo indefinido de la frontera.

Los manifestantes argentinos mantienen bloqueada la frontera desde hace una semana

Y aunque ni las protestas populares ni las reclamaciones oficiales han parado los trabajos de construcción de las dos fábricas -una de la empresa española Ence y otra de la finlandesa Botnia-, el bloqueo ha tensado la cuerda entre Buenos Aires y Montevideo. Tabaré acusó ayer a Argentina de estar causando un daño real a su país en protesta por un perjuicio hipotético. "Nos han infligido un daño real a cuenta de un daño virtual que quizá pueda aparecer dentro de algunos años". Tabaré utilizó el símil de un hombre que golpea a una mujer para evitar que ésta le engañe. "Es casi como la letra de un tango: El hombre, le pega a la mujer, la lastima, le rompe un hueso a cuenta de que quizá dentro de cinco años la mujer lo va a engañar", destacó el mandatario, quien el pasado octubre llamó a consultas a su embajador en Buenos Aires después de que el gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, le acusara de tener "incentivos" para instalar las papeleras en su país.

Precisamente ayer el gobernador Busti, partidario de llevar el tema ante el Tribunal de La Haya, fue convocado a Buenos Aires por Kirchner. El mandatario argentino y el uruguayo han mantenido contactos telefónicos aunque todavía no han aceptado la petición de los ambientalistas para celebrar una minicumbre. "No hay grandes expectativas, quienes nos gobiernan no han hecho nada y si se reúnen es por nosotros", subraya un participante en la protesta, quien asegura que no se levantará el bloqueo hasta que se paralice la construcción de las fábricas y se reúnan los presidentes de Argentina y Uruguay.

La instalación de las fábricas cerca de la localidad uruguaya de Fray Bentos, a 300 kilómetros al noroeste de Montevideo, supone una inversión directa de 1.800 millones de dólares (1.505 millones de euros), una de las mayores realizadas hasta la fecha en Uruguay. El Gobierno argentino ha manifestado su preocupación por el efecto contaminante de estas industrias en aguas del Río de la Plata y desde que se conociera el proyecto hace poco menos de un año, anunció su oposición.

Manifestantes argentinos, el 29 de enero en Gualeguaychú.
Manifestantes argentinos, el 29 de enero en Gualeguaychú.REUTERS

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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