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El ex director de Salud Pública confirma que desde el principio fue Maeso el sospechoso del contagio

Bueno reitera en el juicio de la hepatitis C que la gerente de Casa de Salud señaló al anestesista

Francisco Bueno, ex director general de Salud Pública, compareció ayer por segunda vez ante el tribunal que juzga al anestesista Juan Maeso por el contagio masivo de hepatitis C a 276 pacientes en cuatro hospitales valencianos entre 1988 y 1998. Bueno retomó ayer la declaración suspendida en octubre porque faltaba documentación. Y afirmó, después de contrastar datos recogidos en esa documental, que Sanidad centró sus investigaciones desde el primer conocimiento que tuvo del contagio en el anestesista. Reiteró que la gerente de Casa de Salud, la religiosa Lucía Ibáñez, fue quien le señaló al médico.

La primera comparecencia de Francisco Bueno, que era director general de Salud Pública cuando se conocieron los hechos, fue el pasado mes de octubre. Contestó a preguntas del fiscal y de las acusaciones particulares. El turno de la defensa del único imputado, el anestesista Juan Maeso, dejó en suspenso las explicaciones porque Sanidad no había remitido una documentación solicitada por el tribunal que consideraba trascendente para su interrogatorio. Francisco Bueno reanudó ayer esas explicaciones. Y a preguntas de la defensa de Maeso, tras un tenso cruce de consideraciones sobre datos que provocó que el presidente de la sala, José Andrés Escribano, suspendiera durante casi media hora la sesión, reconoció que las pesquisas de Sanidad se centraron en Maeso desde el primer conocimiento que tuvo la Administración del contagio masivo.

Uno de los elementos que llevaron a que así ocurriera fue que la entonces responsable de Casa de Salud, la hermana Lucía Ibáñez, acudió a su despacho para comunicarle los primeros casos detectados y señaló a Maeso. Bueno añadió al respecto datos que no había ofrecido en su comparecencia de octubre. Dijo que la religiosa le trasladó "el enorme problema" y "el disgusto" que suponía. Además, precisó que el anestesista pinchaba a los pacientes después de pincharse él. Bueno agregó que no le preguntó cómo sabía que era así porque entendió que no era de su competencia.

El ex director general de Salud Pública admitió también que no podía asegurar que las secuenciaciones hechas a los pacientes que en la fase de investigación dieron positivo se contrastaran con otras muestras que no fueran la de Maeso. En la documentación que Sanidad ha aportado nueva a la causa consta, tal como explicó el letrado de Maeso, que al menos los 72 primeros análisis a otros tantos afectados se hicieron sin amparo alguno de protocolo, porque la comisión científica creada al efecto aún no lo había determinado. Bueno, además, dijo que fue así "porque ya había una hipótesis de trabajo muy avanzada".

El letrado de la defensa, Francisco Davó, el único que realizó preguntas (más de 200), trató de buscar en Bueno la explicación a que miles de casos que constan como positivos de hepatitis C en los mismos años objeto de la causa no estén incorporados al sumario y demostrar en ello un sesgo premeditado. Bueno negó la mayor. Afirmó que no había recibido consigna política ni de ningún otro tipo.

Entre la documentación aportada por Sanidad, constan diferencias entre los casos de hepatitis C declarados por el Servicio Nacional de Epidemiología (dependiente del Ministerio de Sanidad) y los publicados por la Dirección General de Sanidad de la Generalitat en los balances de 1997, 1998, 1999 y 2000. Bueno explicó que habría habido un error: "Alguien se equivocaría al sumar".

El ex director general aseguró no recordar, aunque consta en un acta de la Unidad de Evaluación Sanitaria y Calidad Asistencial (Uesca) aportada ahora, que le hubieran informado de que el laboratorio del doctor Montoro -que analiza muestras de muchos centros sanitarios de Valencia- registró 2.697 positivos de hepatitis C (VHC) entre enero de 1993 y abril de 1998.

Bueno, además, discutió el valor de la cifra de 24.499 positivos de VHC en la provincia de Valencia entre 1993 y 1998 que, según la defensa de Maeso, constan en la documentación de Sanidad. Según Bueno, la prevalencia del VHC es un dato que "no se puede manipular". "Si no tenemos en cuenta sobre qué población estamos hablando y en qué espacio de tiempo, se tergiversa la realidad" de ese dato de miles de casos, explicó. Bueno sostuvo que algunos de esos análisis debían estar repetidos.

El testigo dijo también que en la busca activa de casos salen todos aquellos que no se conocen porque la hepatitis C es asintomática en el 70% de los pacientes. Pero no contestó sobre el seguimiento que hayan podido tener dichos pacientes: "Habrá ido cada uno a su médico, supongo".

El ex director general, que continuará hoy declarando a preguntas de la defensa de Maeso (quedaron pendientes ayer más de un centenar), matizó la afirmación que hiciera en octubre sobre que el genotipo dominante en Europa es el 1b y no el 1a (que identifica a Maeso y a los pacientes incluidos en la causa). La matizó porque la propia consejería ha remitido un balance en el que, por ejemplo, al comparar entre casos del hospital Clínico de Valencia y de La Fe, la relación es de 242 del tipo 1a y 255 del tipo 1b. "No soy genetista, en aquel momento la literatura científica decía eso. No me acuerdo de cuál el dominante en la Comunidad Valenciana", afirmó ayer.

Francisco Bueno, ayer, a la salida del juzgado después de declarar en el <b><i>caso Maeso</b></i>.
Francisco Bueno, ayer, a la salida del juzgado después de declarar en el caso Maeso.JOSÉ JORDÁN

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