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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Ángulos de una ley

Soy el encargado del estanco situado en el recinto ferial de IFEMA, en Madrid. Me veo obligado a escribir esta carta por las muchas informaciones erróneas que vienen saliendo tanto en periódicos, radios y televisiones, desde la semana pasada a raíz de la bajada de precios del tabaco.

Desde ese día, en los que muchos estancos dejaron de vender productos de las marcas afectadas, venimos sufriendo muchas y duras acusaciones tanto por parte de los clientes, como de muchos medios de comunicación. En ambos casos, las críticas no están justificadas, ya que el problema por el cual nos acusan es equivocado.

De hecho, hay dos problemas, uno más o menos grave (según cada caso): la bajada, que hay que recordarlo, es impuesta y fijada por otros, nos lleva al absurdo de vender un producto más barato del precio que lo compramos (en mi caso el día anterior).

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Por otro lado, y sí, es éste el problema más importante, los estancos nos movemos con un margen muy pequeño, (8,5%), con lo cual, y siempre hablando de mi caso, que por otro lado es el del mayor número de estancos de España, es que con estos precios ganamos lo que ganábamos en el año 1999/2000, porque los precios actuales son los de esos años, y las marcas afectadas conforman el 90% o 95% de la cuota de mercado de cada estanco.

De esta manera, hay que darse cuenta de que nos piden a los estanqueros que vivamos en 2006 con los ingresos que teníamos en 2000. Me gustaría saber si a mí, cuando vaya a la panadería, por ejemplo, me van a cobrar la barra de pan a precio de ese año, o al actual, o si al coger un taxi, con la bajada de bandera harán lo mismo, o al pagar el colegio de mis hijos también me harán precio de esos años...

Creo, que es muy injusto cargar contra nosotros, que somos los mayores perjudicados, y eso que nos dicen estos días.

Tampoco somos un gremio que genere crispación, seamos realistas; que yo sepa, no hemos colapsado ciudades, ni cortado carreteras, ni convocado grandes manifestaciones, hay otros gremios que porque no les escuchan sus pretensiones, que no soy quién para valorar si justas o no, lo hacen. Pues bien, ¿qué harían estos?, ¿qué harían ustedes si no sólo no les subieran los sueldos, sino se los bajaran a los de hace seis o siete años?

Por favor, un poco de comprensión...- Fernando Ramírez Sabau

Aprovecho todo el revuelo que está causando la ya conocida Ley Antitabaco para manifestarme a favor de la legalidad de cualquier droga, que no su consumo, matiz altamente importante ya que muchas personas tienden a equiparar ambos conceptos. Desde mi pequeña tribuna estimo oportuno aclarar que el Estado debe ser uno de los más importantes responsables a la hora de encauzar una política de información que alerte de los peligros de cualquier droga, pero nunca debería mostrarse apologista de la prohibición.

Sólo mediante la regulación y los medios de información se puede llegar a concienciar a la gente y aunque en muchos aspectos difiero de esta nueva Ley Antitabaco, el cometido de ésta pronto irá haciendo aparición. Recuérdese que toda adicción debe tratarse como un problema de salud y no como un delito.- Joan Salazar Alberto. Valencia.

Después de reflexionar sobre lo que ha conseguido con su ley, la ministra Salgado parece haber pensado que algo debe de haber hecho mal cuando el tabaco ha bajado por primera vez en la historia y de manera vertiginosa además. Así que en vez de replantearse algunos términos de la ley tan absurdos y tan crueles como el de prohibir a las empresas habilitar salas para fumadores, inicia una huida hacia adelante y dice ahora que hay que replantearse eso de que los hosteleros con locales de menos de 100 metros cuadrados decidan si quieren que en sus locales se pueda fumar o no.

Porque claro, a la ministra le habrá parecido extraño el hecho de que estos hosteleros de bares pequeños hayan decidido mayoritariamente que se puede fumar en sus locales. ¿Por qué lo habrán hecho? La ministra habrá cavilado en su despacho libre de humos y le habrá asombrado la actitud de estos hosteleros. Pero cualquiera de los ordenanzas del ministerio le podría decir que los hosteleros han decidido eso porque la mayoría de su clientela fuma. Porque si deciden que en su bar no se puede fumar, una gran parte de su clientela no irá. Es tan simple como eso.

Claro que la ministra, con esa gran labor que está haciendo por todos nosotros, erigiéndose en nuestra tutora de salud y adalid de la vida sana, no puede soportar este caos que, por momentos, se tiñe de ridículo. Se pretende quitarnos del tabaco y el tabaco cuesta 40 céntimos menos que cuando entró en vigor la ley. Los quiosqueros hacen manifestaciones porque van a ingresar muchísimo menos dinero, los estanqueros "echando humo" con esta situación kafkiana que les hace perder miles de euros en cada bajada de precios, los fumadores haciendo cola en los estancos y soportando el frío dando saltitos en la puerta del trabajo, segregados, viviendo un apartheid absurdo.

Los fumadores no podemos sino sentirnos perseguidos. No necesitamos a una madre reprobadora sino una ministra que se preocupe por la salud física y mental de todos, también de los 10 millones de fumadores.

Diez millones de personas soportando un síndrome de abstinencia gratuito o fumando en la calle, dando gracias, entre calada y calada, al gran sentido de la ecuanimidad de la ministra.- Juan David Vargas Pérez. Málaga.

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