Se abre la vía para el adelanto electoral
El rechazo de ERC al Estatuto da más opciones a las elecciones anticipadas que propugna el líder de CiU, Artur Mas
La incertidumbre acerca de si Esquerra Republicana (ERC) apoyará o no el Estatuto de Autonomía alimenta vivamente estos días en Cataluña las especulaciones sobre un adelanto electoral. Casi nadie cree que si ERC no apoya el Estatuto pueda sostenerse en el Gobierno una coalición que acuda dividida a un referéndum sobre la principal ley del país, la que regula su autogobierno. Sería el fin del tripartito, tan denostado por la derecha y parte del PSOE. Se abriría entonces la eventualidad de una alianza entre CiU y PSC, que los socialistas catalanes no quieren pero que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y Artur Mas han hecho posible con su pacto del 21 de enero sobre el Estatuto.
Los tres partidos de la izquierda catalana no quieren ni oír hablar de adelanto electoral. Ni el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall. Pero cada día que pasa aumenta en ellos la conciencia de que quizá sea imposible evitarlo si ERC queda fuera del pacto estatutario.
Uno de los más decididos partidarios de agotar la legislatura, el portavoz de Iniciativa-Verds (ICV), Joan Boada, formuló la cuestión el martes: "¿Se imagina alguien una campaña del referéndum, en la que debemos incentivar que los ciudadanos apoyen el Estatuto y que un miembro del Gobierno diga no?".
Maragall defiende tanto la continuidad de la legislatura como de la alianza que encabeza. "Es mi apuesta, la de Iniciativa- Verds y espero que sea también la de ustedes", aseguró el jueves al líder de Esquerra, Josep Lluís Carod, en el Parlamento.
Los republicanos no consideran ni por asomo salir del Gobierno por esta contradicción. Su portavoz y ponente en el Estatuto, Joan Ridao, lo dijo el martes, en respuesta al secretario de Organización del PSOE, José Blanco. "Esquerra considera compatible su rechazo al pacto Zapatero-Mas sobre el Estatuto y su permanencia en el Gobierno catalán. Y si alguien cree que no, nos tendrá que echar".
De esta forma quedó claro que si su primer escenario era el de la continuidad, el segundo es el de una crisis a la tremenda. Carod opina que este Gobierno podría soportar la presión de una campaña de referéndum. "Todo esto quedaría atrás el día después del referéndum", cree.
La idea de Blanco es otra, y dibuja también el escenario de una crisis de Gobierno en Cataluña. ¿Cómo puede estar en un Gobierno un partido que considera un fracaso su principal obra, la reforma del Estatuto?, preguntó hace una semana. La confirmación de que el PSOE desea o por lo menos prevé elecciones anticipadas la aportó involuntariamente el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, en la conversación grabada sin su autorización con el secretario general de Comisiones Obreras, José María Fidalgo, difundida por televisión. "Después del referéndum, elecciones y nuevo Gobierno para desarrollar el Estatuto".
El primero en pedir el adelanto electoral fue Artur Mas, el 22 de enero. Apenas habían pasado 24 horas de su pacto con Rodríguez Zapatero y entonces no parecía imposible que ERC se les sumara. Mas argumentó en aquel momento que sería conveniente disolver el Parlamento catalán una vez celebrado el referéndum, porque se habría cumplido el principal objetivo de la legislatura. Pero a medida que ERC se ha reafirmado en su rechazo al pacto, el líder de CiU ha convertido la sugerencia de adelanto electoral en exigencia reiterada casi a diario.
Maragall reconoció el jueves que el pacto entre Zapatero y Mas ha provocado "sorpresa e incomodidad" en la Generalitat. Especificó que la sorpresa se debe al hecho de que Zapatero cerrara sólo con CiU un acuerdo que también se estaba negociando con los tres partidos del Gobierno catalán. Que el escogido fuera justamente el que está en la oposición, tanto en Cataluña como en las Cortes, ha creado una situación muy anómala en Cataluña, en la que los creadores de la actual mayoría de izquierdas, los republicanos, se consideran maltratados por el PSOE.
La opción de Zapatero de favorecer a CiU con la fotografía en Moncloa tan ansiada por Mas alimenta la especulación sobre un cambio de alianzas en Cataluña, donde la aritmética parlamentaria siempre hace posible una "gran coalición" PSC-CiU o CiU-PSC y así seguirá siendo probablemente tras las próximas elecciones autonómicas.
A ello se suman las especulaciones sobre la sustitución de Maragall como candidato socialista. La vicepresidenta del PSC, Manuela de Madre, se ha visto obligada a proclamar: Maragall "es nuestro presidente y será nuestro candidato".
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