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Reportaje:

Un biberón anzuelo

La asociación de mujeres Akherdí i Tromipén distribuye leche en polvo para bebés del Polígono Sur de familias de pocos recursos

Tereixa Constenla

La jornada del reparto, la sala del centro cívico El Esqueleto donde se concentran las mujeres parece la sala de espera de un pediatra. Hasta 12 bebés coincidieron el miércoles, el día que la asociación Akherdí i Tromipén dedica a distribuir la leche en polvo para lactantes de menos de 10 meses del Polígono Sur, en Sevilla, sin que ningún lloro los delatara. Entre los carritos infantiles abundan los talantes tranquilos y las sonrisas como la del hijo de Ana Bellido, un crío de siete meses que ríe cualquier gracia y que fue amamantado ocho semanas hasta que "de un disgusto se me retiró la leche".

Fue el pediatra quien canalizó a Ana Bellido, que trabaja como reponedora en una gran superficie, hacia el programa que Akherdí i Tromipén desarrolla desde hace seis años en el Polígono Sur. Alrededor de 60 mujeres se benefician anualmente de la distribución gratuita de leche en polvo, adquirida gracias a una subvención de la delegación provincial para la Igualdad y el Bienestar Social de Sevilla, que este año se ha recortado levemente (42.000 euros frente a los 44.000 del ejercicio anterior, según la asociación). Pero el beneficio no se limita a la alimentación infantil gratuita. "Es también un gancho", expone la presidenta de Akherdí i Tromipén, Pilar Vizárraga.

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La participación implica también la asistencia a charlas relacionadas con el desarrollo y la atención infantil, aunque los temas que tocan los especialistas que las imparten pueden incluir otras preocupaciones de las mujeres, como el control de la natalidad. "Hemos tenido casos de mujeres que querían operarse para no tener más hijos y las hemos orientado", recuerda Vizárraga.

El biberón acaba ejerciendo de anzuelo. "Como mínimo se van con el conocimiento, pero también hacemos un trabajo complementario y se las orienta a nivel laboral o en lo que necesiten", detalla la presidenta. Las mujeres -algunas al margen de otros recursos sociales- acceden al programa a través de una selección realizada por trabajadores sociales de los centros de salud del barrio.

El primer criterio para incluirlas, si el niño deja de tener lactancia materna, es económico. Pero no es el único. "Hay gente que tiene dinero pero no tiene cuidado a su hijo, si el trabajador social valora que necesita las charlas también nos la envía", comenta Pilar Borja Borja, una de las monitoras del programa junto a su hermana Yanet, que primero fue usuaria de la ayuda y ahora colabora en el reparto.

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Gracias a esta iniciativa, la asociación ha logrado que la vacunación de los bebés se universalice, algo que no ocurría antes debido a un temor generalizado entre las mujeres. "El control sanitario de los bebés es mucho mayor porque están obligadas a tener la tarjeta y a cumplir con las vacunas", aclara Pilar Borja. Las mujeres eran reacias a la vacunación. Ana Bellido es un ejemplo: "Tenía mucho recelo porque mi prima tuvo problemas cuando la vacunaron de pequeña, pero me convencieron en las charlas".

Carmen Sánchez y Ana María Palma son vecinas, amigas y madres por tercera vez. El bebé de Ana María lucía el miércoles un gorro con una imagen del canario Piolín, mientras la niña de Carmen esperaba pacientemente a que su madre le improvisara un biberón. Las dos mujeres se apoyan mutuamente y, a pesar de su experiencia maternal, encuentran de interés las charlas: "Siempre te enteras de cosas nuevas".

El programa arrancó con una treintena de mujeres y ha ido creciendo progresivamente. Cada año están distribuyendo casi 5,5 toneladas de leche en polvo para lactantes. El reparto se hace una vez a la semana y no se interrumpe tampoco en verano, aunque en ocasiones la asociación tenga sobresaltos para pagar al suministrador por el retraso con que reciben las subvenciones de la Junta de Andalucía.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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