El banco de las cajas arranca sin concretar qué participaciones empresariales gestionará
Las entidades culminan esta semana la puesta en marcha del proyecto
Las seis cajas andaluzas darán esta semana el sí definitivo a la constitución de un banco para afrontar operaciones de forma conjunta. El proyecto, que tanta polvareda levantó por anunciarse para aglutinar las participaciones empresariales de las cajas, se ha manejado con tiento para ahuyentar suspicacias y facilitar su puesta en marcha. El plan de negocio del nuevo banco se volcará ahora en la gestión de tesorería de administraciones y empresas y en la oferta de financiación para grandes proyectos. El trasvase de alguna participación empresarial al banco en su fase inicial es aún una cuestión sin resolver y, en todo caso, tendrá una dimensión limitada.
La decisión de las cajas de ahorros andaluzas de utilizar el Banco Europeo de Finanzas, propiedad de Unicaja, para llevar a cabo operaciones conjuntas y gestionar sus participaciones en otras empresas reavivó las habituales críticas de los grandes bancos a la particular naturaleza de las cajas: los órganos de gobierno de las cajas se eligen por grupos de representación social (administraciones, clientes, trabajadores, instituciones fundadoras), mientras que los bancos se rigen como sociedades anónimas; en síntesis, una caja puede comprar un banco, pero un banco no puede comprar una caja.
Al conocer el proyecto de las cajas andaluzas, el presidente del Banco de España, Jaime Caruana, sostuvo que podía ser viable pero siempre que la actividad tuviese una dimensión "limitada" y no rivalizase con "el negocio tradicional" de las cajas. El mensaje era claro: nada de banca minorista (captar y prestar dinero a particulares y pequeñas empresas) y cautelas a la constitución de un gran grupo empresarial. Y el proyecto andaluz se ha ajustado como un guante a las recomendaciones de la autoridad supervisora del sistema financiero, que a la postre es quien dará el visto bueno definitivo al nuevo banco.
Tras las conversaciones del presidente de Unicaja, Braulio Medel, con el Banco de España, el banco arrancará con un capital social de 90 millones de euros, un máximo de cinco oficinas y 30 empleados y un plan de negocio que da prioridad a actividades de banca al por mayor (gestión de grandes bolsas de tesorería, con especial atención a la Junta de Andalucía, financiación de grandes proyectos de infraestructuras, concursos de deuda pública...). Es decir, un proyecto inicial con un peso mucho menor (entre tres y ocho veces menos) que el valor del grupo empresarial de cualquier caja (salvo Caja de Jaén) y muy alejado también de la frustrada operación en la que se aventuraron CajaGranada, Unicaja, El Monte y San Fernando para adquirir el Banco Zaragozano.
Las restricciones del Banco de España coinciden también en buena parte con la filosofía del proyecto de las cajas andaluzas. La integración en el banco de algunas de las participaciones empresariales que cada caja posee es una cuestión compleja. "Habrá que optar por una geometría variable", indicó Medel hace un mes. El presidente de El Monte, José María Bueno Lidón, apuntó la semana pasada que la opción más fácil es incorporar los paquetes de acciones que comparten ya varias cajas andaluzas, caso de SOS Cuétara, donde Unicaja, El Monte, CajaGranada y Cajasur suman el 27% del capital (unos 420 millones de euros) o de Carisa, sociedad instrumental participada por San Fernando, El Monte y Unicaja, con participaciones en Amper (5%), Europac (6%) y Campofrío (3%). "El problema estaría en cómo valoramos eso dentro del banco o en cómo hacemos para dar participación a las cajas que están fuera", dijo después Bueno Lidón, "es algo que aún tenemos que discutir en los próximos tres meses". De hecho, para el banco será mucho más fácil adquirir nuevas participaciones que integrar algunas de las que ya poseen por separado las cajas.
En los próximos tres meses, el Banco de España tiene que dar su visto bueno definitivo a la operación. Tras las primeras discusiones sobre la estructura del capital social del banco -El Monte y Cajasur salen perdiendo al equiparar su participación a las de CajaGranada y San Fernando-, las cajas terminarán de aprobar esta semana su participación en el proyecto (CajaGranada y Cajasur ya lo hicieron el viernes pasado). La mayor entidad de la comunidad, Unicaja, se quedará con el 33% del capital, mientras que el resto de cajas acudirá a la ampliación para aportar el 16,5% salvo Caja de Jaén, que por su reducido tamaño se quedará con el 1%. Según fuentes de la negociación, hay un acuerdo de accionistas para que, en caso de que la caja jienense se fusione con alguna otra entidad andaluza -la opción más aireada en los últimos meses-, ese 1% se reparta de forma igualitaria entre el resto de cajas. La aportación conjunta de las cajas superará los 100 millones de euros, al sumar a la valoración del capital social, la adquisición de la ficha bancaria del BEF (nueve millones) y de las acciones de los socios minoritarios de Unicaja en el BEF (2,5 millones).
Al Consejo de Administración del banco acudirán como consejeros el presidente y el director general de cada caja, salvo Unicaja que tendrá dos puestos más, y Caja de Jaén que sólo tendrá un representante. La presidencia y vicepresidencia del banco rotará por turnos anuales y, en el primer año serán ocupadas por Medel y el presidente de Cajasur, Juan Moreno. La sede se ubicará en el Parque Tecnológico de Andalucía, en Málaga, y en el primer Consejo de Administración del banco se nombrará al director general de la entidad y se hará pública la denominación de la nueva entidad, para lo que ya se han registrado varias posibilidades que incluyen la palabra Andalucía en la denominación.
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