El libro de cabecera de Bin Laden

"Si Bush decide seguir adelante con sus mentiras y su opresión, os sería útil leer el libro Estado sin control". Eso es lo que Osama Bin Laden -si es que se trataba de él- recomendó en su mensaje del pasado día 19. Washington se tomó en serio las amenazas de nuevos atentados, visto el historial de Al Qaeda. Otros se tomaron en serio la recomendación que sacó de la oscuridad a William Blum, un desconocido ensayista radical de 72 años que vive en Washington.

El libro, publicado en 2000 y que se subtitula Guía de la única superpotencia mundial, es un inventario de barbaridades y desastres, una "mini-enciclopedia de los numerosos actos antihumanitarios perpetrados desde el final de la Segunda Guerra mundial" por Estados Unidos y sus líderes, según Blum. Traducido a varios idiomas -en español se puede conseguir sólo a través del autor "porque está publicado en Cuba"-, sus ventas eran modestas: Estado sin Control estaba en el puesto 205.763 en Amazon.com. En pocas horas se colocó en el 26. Pasado el frenesí, retrocedió. Las oscilaciones son constantes. "Si Bin Laden no tiene mucho futuro como terrorista, siempre podría organizar un Club del Libro", escribió Thomas Friedman en The New York Times.

A Blum no le violenta estar patrocinado por Bin Laden, responsable de miles de muertos en atentados terroristas: "Lo primero que le quiero decir es que hay dos cosas: condeno totalmente el fundamentalismo religioso y sus derivados, como los talibanes; pero formo parte de un movimiento que trabaja para frenar al imperio americano. Para tener éxito, necesitamos llegar a los estadounidenses; nos hace falta publicidad, y eso es lo que ha habido con este apoyo, que me ha dado mucha más publicidad que nunca para poder decir estas cosas. Por eso estoy muy contento, pero no es nada personal; no creo que saque mucho dinero de esto, es una cosa política".

Lo que más inspiró a Bin Laden fue esta afirmación de Blum: "Si yo fuera presidente, podría parar los atentados terroristas contra EE UU en cuestión de días y para siempre. Primero, pediría perdón a viudas y huérfanos, empobrecidos y torturados y a los millones de víctimas del imperialismo americano". ¿Cree que sería tan sencillo? "No sé, no controlo el mundo, ni el futuro". Blum dice que "nadie sabe" cuántos libros se han vendido, y es consciente de que la lista de ventas de Amazon es engañosa: "Puede significar muy poco; por ejemplo, si un grupo de 50 personas compra el mismo libro en el mismo día, eso hace que ese libro dé un salto tremendo".

Entre las críticas de los compradores se pueden leer encendidas declaraciones ("es un libro excelente"), comentarios menos cariñosos ("si le gusta Osama Bin Laden, le encantará este libro"), recomendaciones sinceras ("un libro que la auténtica izquierda disidente sabrá apreciar") y juicios personales no menos directos ("un libro que empieza diciendo que este país inventó durante 70 años que había una conspiración de la Unión Soviética contra EE UU sólo puede haber sido escrito por un imbécil o un malvado").

Blum, apreciado por autores como Noam Chomsky y Gore Vidal, cree que lo que denuncia no se conoce más "porque los medios y los políticos no establecen relaciones de causa-efecto, están en un estado pre-Alzheimer". Tras estos días de agitación quiere volver a la normalidad. Blum, que trabajó en los años sesenta en el Departamento de Estado y probó fortuna en Hollywood, ha publicado dos libros similares al celebrado por Bin Laden, pero menos afortunados en publicidad.