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CAMBIO HISTÓRICO EN ORIENTE PRÓXIMO

Hamás condiciona todo al fin de la ocupación

"La libertad y la seguridad son ahora más importantes que la comida", asegura uno de los líderes

"¿Qué más nos puede hacer Israel? ¿Rechazar unas negociaciones que no existen?", pregunta Jalil Nofal, uno de los más respetados dirigentes de la cúpula de Hamás. La era post-Arafat acaba de comenzar. Y, a juicio de los triunfadores en las elecciones, no es una prioridad la reanudación del proceso de paz. La formación del Gobierno y la seguridad en los territorios ocupados centran la actividad de los jefes islamistas. "La libertad y la seguridad son ahora más importantes que la comida", afirma Nofal.

En Gaza ayer llovía. Y del cielo caían balazos esporádicos. No el estruendo que acompaña a las celebraciones. Son los milicianos de Al Fatah que exigen la dimisión de la dirección de su partido. Y tienen entre ceja y ceja al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas. Le acusan de cambiar de bando.

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Son tiempos turbulentos para los herederos de Yasir Arafat. Jóvenes armados y algunos policías asaltaron las sedes del Parlamento en Ramala y en la ciudad de Gaza; irrumpieron en las oficinas de Al Fatah en Belén; se manifestaron a tiros en Nablus... Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, brazo armado de Al Fatah, anunciaron que romperán la tregua con Israel una vez derrotados en las urnas.

Hamás no teme que los altercados que se extendieron a varias ciudades de la franja y de Cisjordania se conviertan en enfrentamiento abierto. Menos aún contra las milicias islamistas, que han llevado el peso de la resistencia y de los atentados suicidas contra Israel. "No les teníamos miedo cuando sus jefes mandaban en la Autoridad. No les hemos quitado nada por la fuerza. Sólo reflejan la furia contra sus dirigentes. Pero no creo que les interese empeorar aún más su pésima imagen", dice Nofal, jefe de las brigadas Ezedín al Kassam en la época de más dura ocupación israelí, en los años ochenta.

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Al margen de que las disputas internas no favorecen el desarme de las milicias, en ningún caso está dispuesto Hamás a abandonar las armas ni a reconocer al Estado de Israel. Las amenazas de EE UU, que advierten de que cortarán la actual ayuda financiera de unos 193 millones de euros a un Gobierno con miembros de Hamás, y la eventual revisión del apoyo de la UE, unos 500 millones de euros anuales, no amilanan a los islamistas. "Esa ayuda no puede ser una espada sobre las cabezas de los palestinos ni un chantaje sobre la resistencia. Las armas y la resistencia están vinculadas a la ocupación, y mientras ésta exista, el pueblo tiene derecho a resistir", dijo a Reuters Ismail Hania, número uno de la candidatura vencedora. "El derecho internacional protege el derecho a la resistencia. Nunca renunciaremos", coincide Nofal.

Israel no ha cesado de detener y de matar a dirigentes de Hamás, incluso la víspera de los comicios. ¿Hasta cuándo aplazará su respuesta el movimiento? "Buscaremos un acuerdo con todos los partidos. Pero depende de la situación. No es lo mismo un asesinato que un bombardeo en el que mueren civiles", añade Nofal.

El dirigente islamista ríe cuando se le pregunta por la retirada de los fondos: "No los citaré, pero importantes países de la UE nos han confirmado que continuarán aportando dinero. Y también varios Estados árabes". Hamás se embarcará en una campaña internacional para explicar su programa, según anunció ayer en un comunicado. "No tenemos que hacer concesiones ante la UE, como hizo Al Fatah. Es la UE la que debe presionar a Israel. La ANP hizo todo tipo de concesiones y no han servido para nada. No repetiremos la experiencia", subraya.

Son conscientes de que la seguridad en las calles es un asunto esencial. "Sin seguridad no llegará la inversión extranjera. Pero también tenemos que mejorar la sanidad y terminar con el nepotismo en la Administración", añade. Ambos asuntos están vinculados. Es vital para Hamás no fomentar la división entre los palestinos acometiendo una purga de policías, reclutados en su inmensa mayoría entre los partidarios de Al Fatah. "Hay rumores interesados. No vamos a expulsar a un solo agente. Seguirán siendo policías y soldados y van a ser mejor tratados que antes", apunta Nofal.

La constitución de un Gobierno de unidad nacional es su primer objetivo. Cuentan con unas relaciones más que aceptables con el presidente Abbas. "Hablamos todos los días. Son algunos líderes de Al Fatah quienes se niegan tajantemente a sumarse al Ejecutivo. Pero nosotros nos relacionamos con los partidos, no con intereses individuales. Estamos negociando con todos y todas las opciones están abiertas", comenta Nofal.

Descartados los funcionarios que se han puesto las botas en la Administración, la organización desea incorporar a tecnócratas al Ejecutivo. "No hay inconveniente", afirma. Entre los nombres que se barajan se halla Salam Fayad, recién elegido diputado por Tercera Vía. Goza de prestigio internacional y entre los fundamentalistas. Abandonó hace meses el Ministerio de Finanzas y acusó a los prebostes de la ANP de desviar el 40% del presupuesto a sus bolsillos. Puede ser del agrado de todos.

[La Comisión Central Electoral palestina difundió anoche los resultados definitivos de las elecciones legislativas. Hamás logró 74 escaños de un total de 132, dos menos de los anunciados en los primeros resultados oficiales. Al Fatah logra 45, dos más, informa Efe.]

Militantes de Al Fatah, encaramados en la fachada principal del Parlamento palestino en Ramala.
Militantes de Al Fatah, encaramados en la fachada principal del Parlamento palestino en Ramala.REUTERS

El hombre que nunca disparó un arma

Puede ser del agrado de todos. Salam Fayad (1952, Tulkarem), casado y con tres hijos, economista educado en la Universidad Americana de Beirut y en la de Austin (Tejas), jamás ha disparado un arma. Fue ministro de Finanzas en uno de los Gobiernos de Yasir Arafat, cargo del que dimitió en protesta por la corrupción en la Autoridad Palestina. "Se han creado 7.000 puestos de trabajo ficticios para desviar fondos", ha repetido durante la campaña electoral. Tiene reputación de honesto, una virtud que le hace respetable a ojos de los líderes de Hamás. En la calle palestina goza del mismo prestigio.

Fayad es un hombre idóneo para la presente coyuntura, el único que podría ser aceptado por todas las facciones y, más complicado aún, por Estados Unidos, la Unión Europea y, de alguna manera, por Israel. Forma parte del establishment financiero y sus posiciones políticas se acercan a las de los países occidentales. Ex funcionario del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, Fayad y el primer ministro interino israelí, Ehud Olmert, han tenido que abordar juntos, cuando eran responsables de Hacienda en sus respectivos Gobiernos en 2002 y 2003, asuntos delicados sobre el traspaso de los impuestos que Israel recauda en nombre de la ANP. Con todo, no es el único que podría ser aceptado por Hamás. Mustafá Barghuti, que ya buscó una alianza con los fundamentalistas durante las elecciones presidenciales de enero de 2005, también entra en las actuales quinielas.

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