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FORO DE DAVOS

Bill Gates dona otros 500 millones para luchar contra la tuberculosis

Intenso debate sobre la influencia de la derecha religiosa en EE UU

Andrés Ortega

Estados Unidos presentó ayer en Davos su cara más atractiva y otra más preocupante. La mejor es la de la filantropía. Bill Gates, presidente de Microsoft, anunció que triplicará en los próximos 10 años, hasta 900 millones de dólares (750 millones de euros), lo que su fundación aporta para la lucha contra la tuberculosis, a la que ya ha dedicado 300 millones. Suma, pues, 600 millones más (494 millones de euros), un gesto con pocos precedentes.

Esa enorme cantidad no es sino una gota en el Plan Global para Parar la Tuberculosis de 31.000 millones de dólares (aunque se necesitarían 56.000 millones) para tratar a 50 millones de personas afectadas por esta enfermedad y prevenir otros 14 millones de muertes en los próximos 10 años.

Por otra parte, Bill Gates, ya como empresario, no se mostró preocupado por la piratería de sus programas en China, pues cree que en 10 años el gigante asiático habrá desarrollado una industria suficiente para querer proteger la propiedad intelectual. Gates cree que China se va a desarrollar como lo ha hecho Taiwan, y quizá intente crecer económicamente antes de abrir la mano en las libertades. En todo caso, entiende que la mayor parte del esfuerzo investigador de Microsoft seguirá en Estados Unidos, para lo que su fundación está invirtiendo en educación, preferentemente en institutos más pequeños y especializados que impulsen el rigor.

A la vez, y ésta es la segunda cara de Estados Unidos, en este Davos que se celebra bajo el lema del imperativo creativo ha entrado el debate sobre el creacionismo (la doctrina que proclama que todo tiene un origen divino, niega el darwinismo y la teoría de la evolución y ahora se presenta con el nombre de diseño inteligente), con una cena-debate dedicada a esta cuestión y un coloquio sobre la influencia de la derecha religiosa en Estados Unidos, o "la mano de Dios en la Política", en un panel dominado por evangélicos americanos, aunque algunos se presentaron como progresistas.

Los diálogos sobre religión han sido habituales en el Foro Económico Mundial, y la víspera hubo uno sobre "el pecado". Pero hasta un prominente pastor protestante baptista de Estados Unidos, muy cercano a la Administración de Bush, reconoció que era la primera vez que habían introducido la cuestión del "diseño inteligente", cuya enseñanza en las escuelas, según dijo, apoya un 20% de los estadounidenses, y "cuando llegue a 30%, habrá una revolución", añadió.

Eso no significa que todos los presentes compartieran esta idea. Por el contrario, fue muy discutida. Algún experto describió cómo los grupos de presión bien organizados logran que esta visión se introduzca en los libros de texto que se deciden en cada Estado de la federación. Sea como sea, la realidad es que los creacionistas han puesto una pica en un Davos que anda algo perdido en cuestión de ideas.

Bill Gates observa el saludo del primer ministro noruego, Jens Stoltenberg (izquierda), y el ministro británico de Hacienda, Gordon Brown, ayer en Davos.
Bill Gates observa el saludo del primer ministro noruego, Jens Stoltenberg (izquierda), y el ministro británico de Hacienda, Gordon Brown, ayer en Davos.ASSOCIATED PRESS

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