Otegi ratifica que "habrá proceso de solución" y que Batasuna estará presente
Miles de personas asisten a un acto político 'abertzale' de apoyo a la formación ilegalizada
El dirigente de la ilegalizada Batasuna Arnaldo Otegi intervino ayer en el acto político de Barakaldo convocado a título particular por miembros de la izquierda abertzale en sustitución del prohibido por la Audiencia Nacional. Y lo hizo para lanzar a sus militantes el mensaje de que "habrá proceso de solución" y Batasuna estará presente en la mesa de partidos. "Vamos bien, vamos ganando. Vamos a conseguir un escenario democrático para Euskal Herria", dijo el líder independentista. El acto político estuvo muy medido y no se oyó ni un solo grito a favor de ETA, única razón por la que la Ertzaintza podría haber intervenido, según las órdenes verbales del juez Grande-Marlaska.
"Nos estamos acercando irremisiblemente a un proceso de soluciones", clamó un confiado Arnaldo Otegi, el último de los líderes políticos y sindicales que intervino en el mitin. Contó este con el apoyo de todos los sindicatos nacionalistas y los partidos EA, Aralar y Abertzaleen Batasuna (AB), pero no acudieron ni el PNV ni EB.
Otegi reclamó a su gente "prudencia", la misma que le había aconsejado en su lecho de muerte el dirigente de HB Jon Idigoras, según recordó. Y alegó que la receta para llevar el "proceso democrático" abierto a buen puerto lleva como ingredientes grandes dosis de "responsabilidad, compromiso, dignidad", pero también "rebeldía, lucha y trabajo político".
La única pancarta que presidió todo el acto, que se prolongó por espacio de una hora larga, se encontraba en la parte de atrás del escenario. Unas enormes letras negras sobre fondo blanco en la que se podía leer Eskubide zibil eta politikoen alde (Por los derechos civiles y políticos, lema de la convocatoria). Dos helicópteros de la Ertzaintza vigilaron en todo momento el desarrollo del mitin.
"Nuevos actos"
Al estrado subieron una treintena larga de invitados de organizaciones extranjeras que habían acudido el frustrado congreso de Batasuna, entre ellos un representante del Sinn Féin, que preguntó al presidente Zapatero de qué progresos habla en Euskadi cuando permite la ilegalización de formaciones políticas. También tomó la palabra el portavoz del sindicato ELA, Germán Kortabarria, que anunció "nuevos" actos reivindicativos; el dirigente de AB, Peio Etxeberri, y el secretario general de EA, Unai Ziarreta.
Pero el público había venido a escuchar el mensaje de los líderes de la izquierda abertzale. Rodeados de un mar de ikurriñas, los asistentes (unos 8.000) aguantaron hasta el final, al tiempo que coreaban lemas en favor de la independencia, de Batasuna, de la vuelta de los presos etarras a casa y el ya clásico Jo ta ke irabazi arte (golpea hasta ganar). Hasta que Otegi se encaminó hacia el escenario.
El conductor del acto presentó al ex parlamentario de Batasuna sólo por su nombre, sin mencionar a la formación ilegalizada. Otegi empleó ayer su discurso para enviar a los militantes independentistas un mensaje de esperanza, pero también para exigir a Francia y España que hagan una "apuesta nítida y clara por las vías políticas y democráticas". Justo el discurso que la mayoría de los partidos esperaban que Batasuna hiciera en el BEC, 14 meses después del acto de Anoeta en el que la izquierda abertzale defendió "sacar el conflicto de las calles y llevarlo a las mesas de negociación".
Otegi no fue más allá en su intervención, pero sí reafirmo la validez del proceso emprendido desde entonces y reivindicó un lugar para Batasuna en la mesa de partidos políticos que se conformaría tras el anuncio de ETA del abandono de las armas. Un diseño, el de la doble mesa (una de ETA y el Gobierno, y otra para los partidos) que formaba parte de la "oferta de paz" presentada en Anoeta el 14 de noviembre de 2004 y que poco después tuvo el aval de ETA.
Pero el máximo líder de Batasuna también advirtió ayer a su público de que, en el camino que resta por recorrer para alcanzar un "escenario democrático", los obstáculos se van a ir agrandando, pero no porque el "proceso esté embarrancado", sino porque se está llegado a la solución. Otegi consideró que uno de ellos, el de la suspensión de actividades decretada esta semana por el juez Fernando Grande-Marlaska, está condenado al fracaso. Y, de hecho, habló de ese nuevo episodio contra Batasuna como algo superado, como una "quijotada" más.
En un ejemplo más de lo calculado de su discurso, el líder abertzale empleó la tercera persona para referirse a Batasuna, una formación "ilegalizada una vez y suspendida dos veces". Y sin abandonar la ironía dijo que esas actuaciones lo que revelan es que "esa estrategia ha sido un absoluto y rotundo fracaso". El acto político en el exterior del BEC, en cuyo interior la ilegalizada Batasuna tenía previsto poner el broche de oro a su proceso interno Bide Eginez fue un éxito de convocatoria. Más de 40 autobuses trasladaron a miles de asistentes llegados de otras provincias. El servicio de orden, con personas con chalecos reflectantes, ayudó a los asistentes a encontrar el camino al mitin.
Al final, el público se disolvió tras cantar el Eusko Gudariak (himno del soldado vasco), no sin antes corear el lema "PNV, español". Fue después de que uno de los convocantes cerrara el mitin pidiendo al partido de Imaz que se "quite los michelines políticos que hoy no le han dejado venir aquí".
Contención en la explanada
Todo discurrió en el Bilbao Exhibition Centre (BEC), situado en Barakaldo, pese a su nombre, sobre un guión previsto. Como si el orden, los llamamientos a la prudencia y la cara amable que presentó Batasuna fueran fruto de un pacto a varias bandas. La víspera del acto político en la explanada del rebautizado por Arnaldo Otegi "Basque Exhibition Centre", el PP había denunciado que la celebración del mitin era el pacto al que habían llegado Otegi y el lehendakari Ibarretxe en su reunión del jueves. Un encuentro que fue convenientemente filtrado a la prensa para subrayar, como hizo después la portavoz del Ejecutivo vasco, Miren Azkarate, que pese a todo Otegi es un "interlocutor" valido para Ibarretxe.
La jornada del viernes, según se iban conociendo los nombres y el historial de los nueve convocantes del mitin (dos de ellos ex ediles de HB, la madre de un condenado por kale borroka y un detenido por presunta colaboración con ETA) se fue complicando en el cuartel general del consejero vasco de Interior. Javier Balza, firme crítico de la Ley de Partidos, esperaba que el juez Grande- Marlaska tomara cartas en el asunto, de forma que la responsabilidad sobre una eventual prohibición recayera en la Audiencia Nacional. Consciente además de que, sin una aclaración del juez, las responsabilidades penales a las que podía enfrentarse por tolerar un posible acto ilícito recaerían en él.
Pero el juez avisó durante la mañana a los representantes de la Ertzaintza en la Audiencia Nacional de que no habría auto aclaratorio. Por la tarde, cuando ya se conocía que Batasuna acudiría al BEC, la Ertzaintza informó al juez, según Interior vasco, de todos los elementos que concurrían en la convocatoria y sus dudas sobre su posible prohibición. En la noche del viernes, Marlaska, según la consejería, precisó a la Ertzaintza verbalmente de qué manera tenía que actuar ante el mitin: "Retirada inmediata" de cualquier cartel o simbología de Batasuna e intervenir policialmente si se producen "actuaciones o se profieren gritos a favor de banda armada".
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