PSOE y PP discrepan sobre la legalidad del acto político de Barakaldo

El discurso del portavoz de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, en el mitin celebrado ayer junto al Bilbao Exhibition Centre (BEC) de Barakaldo (Vizcaya) ha sido interpretado de manera dispar por los partidos políticos, a excepción del PNV, que ha declinado pronunciarse. Para el PP, la Fiscalía General del Estado debe estudiar el acto porque fue "ilegal e ilegítimo". En cambio, el PSOE sostiene que se cumplió la ley, ya que ni hubo gritos a favor de ETA ni fue un congreso de fuerzas ilegalizadas.

Según ha explicado José Blanco, secretario de Organización del PSOE, en la apertura del Comité Federal de las Juventudes Socialistas, celebrado hoy en Madrid, "la mejor aportación que Otegi puede hacer al proceso de paz es decir a ETA que cese la violencia", ya que "sólo así ganarán la paz y la convivencia en Euskadi". Desde el País Vasco, el secretario general del PSE-EE, Patxi López, ha respondido a Otegi que el primer "obstáculo" para conseguir la paz es la existencia de ETA. Además, ha asegurado que "no hay nada marcado" para un proceso de paz que sólo se iniciará "cuando ETA abandone definitivamente la violencia".

En declaraciones a la Cadena SER, López se ha referido a las manifestaciones en las que Otegi aseguraba ayer en el acto de Barakaldo que los "obstáculos" no significaban un "enbarrancamiento" del proceso de paz, sino la cercanía del fin del conflicto. López ha subrayado que "no habrá ninguna mesa (de partidos) si no hay previamente ausencia de violencia y un anuncio de ETA de su desaparición". Asimismo, ha lamentado que Otegi desperdiciara la "magnífica ocasión" que tuvo ayer para "hacer un llamamiento a la banda terrorista para que abandonara de una vez por todas las armas".

El PP acusa a Batasuna de burlar la ley

Por su parte, el secretario general del PP vasco, Carmelo Barrio, ha asegurado que la convocatoria de ayer "incumple la ley" ya que se utilizó para "hacer propaganda de Batasuna" y para "burlarse de la Ley de Partidos y del Estado de Derecho". Por este motivo, ha instado al Fiscal General del Estado a analizar este acto, que es "ilegal e ilegítimo" y en el que "nadie habló de exigir a ETA que abandone la violencia". Así, ha añadido que "se vio reforzado el mundo de ETA-Batasuna y dijo que nadie entendería que en Alemania se permitiera una reunión del partido nazi. Respecto a la intervención de Otegi, ha dicho que lo hizo "disfrazado de discurso político".

También desde el PP, su secretaria ejecutiva de Política Territorial, Soraya Sáenz de Santamaría, ha criticado la "nueva burla" al Estado de Derecho consumada ayer por una organización "ilegalizada por terrorista" como Batasuna. En rueda de prensa en Madrid, la dirigente popular se ha referido a la imagen "desafiante" de Otegi y a sus declaraciones proclamando en Bilbao "en nombre de la nación vasca, que iban ganando". Sáenz de Santamaría ha subrayado que "si Batasuna considera que va ganando es porque todos vamos perdiendo", a lo que ha agregado que están perdiendo los valores democráticos "y todos los españoles que quieren vivir en paz y en libertad". Desde EA, Rafa Larreina ha considerado que en Barakaldo se puso de manifiesto "la apuesta clara por las vías exclusivamente políticas" por parte de la izquierda abertzale para afrontar la resolución del conflicto vasco.

A su juicio, éste fue un "concepto fundamental" que estuvo "presente" en el mitin, del que ha destacado la referencia de Otegi a "la necesidad de reforzar la lucha y el trabajo político, pese a los obstáculos". El secretario general de Ezker Batua, Javier Madrazo, ha señalado que el portavoz de Batasuna "no aportó ningún elemento nuevo de avance con respeto a la Declaración de Anoeta (noviembre de 2004)" porque Otegi pronunció "palabras y más palabras, las mismas que hemos oído en los últimos tiempos; y necesitamos pasos nuevos". Por su parte, el líder Aralar, Patxi Zabaleta, ha confesado no compartir el "optimismo de algunos" porque cree que la tregua de ETA "ya está tardando demasiado" y ha indicado que en la intervención de Otegi faltó "una mención expresa" a los derechos humanos.