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EL GOBIERNO Y LAS REFORMAS ESTATUTARIAS

El PSOE invita al Gobierno a llevar adelante las reformas "con valentía"

Las incógnitas del Estatuto impiden un comité federal de reencuentro con el PSC

Carlos E. Cué

El Comité Federal del PSOE que se celebra hoy estará dominado por la incógnita de la negociación sobre el Estatuto catalán, que no ha podido cerrarse antes de la cita, como deseaba el líder del partido, José Luis Rodríguez Zapatero. Por eso el informe político pasa de puntillas sobre este asunto y se centra en el análisis de todas las demás reformas puestas en marcha en los dos años de gobierno socialista. Sin embargo, la dirección del PSOE ha preparado un texto en el que indirectamente se alude al Estatuto, ya que se pide al Gobierno que aborde "con valentía" las reformas prometidas.

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Este comité federal debía ser el del rencuentro del PSOE y el PSC en torno al pacto del Estatuto catalán, pero han fallado las previsiones. El último, en septiembre, cuando el texto estaba en su recta final en el Parlamento catalán, marcó la división entre el PSC y la mayoría de las federaciones, especialmente Madrid, Extremadura y Castilla-La Mancha. Los dirigentes de estas últimas acusaron al PSC, y especialmente al presidente catalán, Pasqual Maragall, de dejarse dominar por los nacionalistas. Además, insistieron en que este debate podía hacer mucho daño al PSOE en el resto de España y no permitía explicar los logros de la política social del Gobierno.

La dirección ha preparado esta vez un informe político en el que voluntariamente se intenta dejar este asunto en segundo plano. En el único párrafo dedicado a las reformas territoriales en el texto preparado para orientar el debate, el PSOE se limita a alentar a los negociadores. "Los socialistas hemos expresado nuestra posición favorable a aceptar al máximo las propuestas provenientes de los Parlamentos autónomos, siempre que sean plenamente respetuosas con el espíritu y la letra de la Constitución y con los intereses generales de todos los españoles. Con ese espíritu estamos en plena fase sustantiva de la negociación relativa al Estatuto de Cataluña, y alentamos al Gobierno y al Grupo Parlamentario Socialista a continuar con esa disposición para la consecución de un buen acuerdo", señala el texto.

En realidad, y a pesar de la incógnita sobre la solución final que tendrá la negociación del Estatuto, la principal diferencia entre este comité federal y el anterior, relativamente tormentoso -Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Manuela de Madre llegaron a encararse en un pasillo para ver quién tenía más pedigrí socialista-, es que ahora casi todas las cartas están encima de la mesa. El PSOE ya sabe hasta dónde están dispuestos a llegar sus negociadores -que concitarán hoy, según las previsiones, un apoyo generalizado-, ya se le ha puesto algunos frenos a las ambiciones catalanas y, sobre todo, no se acepta que Cataluña se defina como nación ni que se apruebe un modelo propio de financiación para esta comunidad. La guinda, claro, sería el pacto para que todos pudieran refrendarlo y lograr así el rencuentro el PSOE y el PSC. Pero no ha podido ser.

Tanto se alarga, que el líder de Madrid, Rafael Simancas, confió ayer en que las negociaciones culminen "pronto y bien" ya que detecta "cierto cansancio en la opinión pública y en los ciudadanos en torno a un debate políticamente interesante, pero que no puede llenar la agenda política cotidiana". En cualquier caso, los dirigentes consultados esperan una reunión tranquila, entre otras cosas porque ahora hay un enemigo externo mucho más evidente. Si en septiembre todas las culpas se volcaron contra el PSC, ahora parece evidente que si la negociación no avanza, los socialistas pueden culpar a CiU.

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Pacto sin CiU

De hecho, Maragall propuso en una cena en La Moncloa la semana pasada pactar el texto incluso sin esta formación, algo que fue rechazado por todos los demás dirigentes regionales y presidentes autonómicos, que le acompañaban. Algunos dirigentes consultados piensan, de hecho, que finalmente no se ha querido forzar la máquina de la negociación antes del comité federal precisamente por la posibilidad de llegar al encuentro con un no rotundo de CiU que obligaría a Zapatero a cambiar su discurso optimista.

El informe político apuesta sin tapujos no sólo por el apoyo al Estatuto, sino a otras muchas reformas pendientes. De hecho, y ante la presión de la oposición, el PSOE anima al Gobierno a impulsar sus proyectos "con valentía". La misma con la que, señala el texto, se aprobó la ley de los matrimonios homosexuales, la agilización del divorcio o la ley antitabaco, que "han conllevado críticas exacerbadas por parte de los sectores más anclados en el pasado". Entre las nuevas reformas, además de otros estatutos de autonomía que llegarán, el PSOE contempla como prioridades la Ley de Dependencia y la Ley de Igualdad.

Alfredo Pérez Rubalcaba y José Blanco, tras una comparecencia sobre el Estatuto.
Alfredo Pérez Rubalcaba y José Blanco, tras una comparecencia sobre el Estatuto.RICARDO GUTIÉRREZ

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