En busca de una política energética común
El canciller austriaco, Wolfgang Schüssel, planteó ayer la conveniencia de aumentar los recursos propios de la Unión Europea en su primer discurso como presidente de turno de los Veinticinco ante el Parlamento Europeo. Schüssel manifestó que "Europa precisa unos recursos propios más importantes" para acabar con las tensiones entre contribuyentes netos y beneficiarios netos.
El canciller estableció también como prioridades de su mandato fomentar el debate sobre la Constitución, diseñar una política energética común y coordinar medidas para el crecimiento y fomento del empleo.
El canciller señaló que el actual sistema de financiación que se alimenta de los presupuestos nacionales resulta insostenible por su difícil situación fiscal.
Entre las medidas que se podían estudiar para obtener unos mayores recursos propios apuntó la posibilidad de establecer impuestos para gravar el tráfico aéreo y el transporte por carretera. Aunque admitió que se trataba de una medida poco popular había que llamar las cosas por su nombre: "Necesitamos más Europa y esto significa más recursos".
El canciller pidió a la Comisión Europea y al Consejo que tuvieran en cuenta esta iniciativa cuando elaboren la propuesta de reforma del presupuesto comunitario en 2008. La presidencia austriaca se propone también potenciar un gran debate sobre la Constitución para lo que el canciller llamó a la participación de los ciudadanos para huir de un debate "elitista".
Con el propósito de acercar el proyecto europeo a las necesidades cotidianas de los ciudadanos, Schüssel planteó como una de las prioridades afrontar los problemas de abastecimiento energético.
Así expresó su propósito de formular una política común de la energía que abordara de forma colectiva y con una perspectiva europea tanto el problema de los suministros como el de los depósitos. La reducción de la dependencia en el aprovisionamiento energético "es un problema europeo que exige una respuesta europea".
Schüssel subrayó que durante su presidencia dedicaría una atención especial a fomentar el crecimiento económico y a crear puestos de trabajo, lo "que constituye la primera preocupación" de los trabajadores. Indicó que había que apuntar a un crecimiento de la economía del 3%, que con crecimiento del empleo del 1% podría reducir a la mitad el número de parados (19 millones) en el plazo de cinco años.
En este terreno destacó el papel fundamental de las pequeñas y medianas empresas, a las que elcanciller Schüssel definió "como un gigante dormido que hay que despertar". Propugnó favorecer el acceso de las pequeñas y medianas empresas al acceso del mercado de capitales, los fondos de investigación y las ayudas regionales.
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