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El 58% de los usuarios del servicio de acogida lingüística son extranjeros

Enric Company

Los inmigrantes procedentes de América, África y Europa se han convertido en mayoría entre los usuarios de los cursos de catalán básico e inicial para adultos ofrecidos por el servicio de acogida lingüística de la Generalitat. El 58% de los 78.000 usuarios de este servicio para el ejercicio 2005- 2006 son inmigrantes extranjeros.

Este servicio ha sido creado por el Consorcio de Normalización Lingüística, integrado por la Generalitat y los ayuntamientos de las principales ciudades de Cataluña. En el ejercicio 2001-2002, el 46% de los alumnos de estas clases, que son gratuitas y de asistencia voluntaria, eran ciudadanos procedentes de la propia Cataluña, el 26,6% provenía del resto de España y el 26,7% del extranjero.

En el ejercicio 2004-2005, el número de alumnos procedentes del extranjero representaron el 43,6% de total y superaron ya al 39,2% que procedía de Cataluña y el 17,1% del resto de España. En lo que va del ejercicio 2005- 2006, que se cierra en verano, se han prestado ya 2.556 cursos a 38.682 personas y se prevé alcanzar los 78.000 alumnos.

Al dar a conocer estos datos, el primer consejero del Gobierno catalán, Josep Bargalló, afirmó que en 2006 se destinarán 2,5 millones de euros a este servicio, que registra una demanda creciente, en consonancia con el aumento de la inmigración. El presidente del Consorcio de Normalización Lingüística, Miquel Pueyo, explicó que los servicios de acogida lingüística se prestan en 140 centros de 122 localidades.

Este servicio es distinto de las clases para adultos que ofrece el Departamento de Bienestar y Familia, que según destacó Bargalló, en su gran mayoría se prestan en lengua castellana y "están orientados a facilitar la cohesión social".

El consejero reconoció que en los últimos años ha crecido el número de quejas por motivos lingüísticos que recibe la Administración. Atribuyó este aumento a que el Gobierno de izquierdas ha suprimido las dificultades burocráticas, al aumento de la conciencia que los ciudadanos tienen de sus propios derechos y, en menor medida, a "la crispación política fomentada por quienes se oponen a la mejora del autogobierno". Si en una sociedad multilingüe como la catalana no hay quejas individuales en materia de lengua, dijo Bargalló, "es que esta sociedad no es libre". Agregó que "se equivoca quien en una sociedad multilingüe pretenda vivir sólo en catalán o sólo en castellano".

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