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Reportaje:

Media hora para leer y soñar

Un instituto de Barcelona se adelanta a la nueva ley educativa y dedica 30 minutos diarios a la lectura

En el instituto Sant Josep de Calassanç, de Barcelona, han conseguido que los alumnos descubran el placer de la lectura. Así lo aseguran con una sonrisa de oreja a oreja los profesores del centro, ya que han logrado que los alumnos de secundaria con más dificultades en comprensión lectora consigan leer hasta cuatro libros en poco más de dos meses.

Diariamente, los alumnos del centro dedican media hora a la lectura, que se resta de una asignatura distinta: catalán, castellano, matemáticas, inglés, ciencias sociales o naturales. Así, ninguna asignatura queda perjudicada. Con esta iniciativa se anticipan a la Ley Orgánica de Educación (LOE), que obligará a dedicar un tiempo a la lectura en todas las materias tanto en primaria como en secundaria con el fin de promover este hábito entre los alumnos. "El fomento de la lectura no es únicamente una responsabilidad de los profesores de letras, sino que toda la comunidad educativa tiene que estar implicada", destaca el profesor de inglés José Luis Regojo. "No se pueden hacer correctamente los problemas de matemáticas sin entender bien el enunciado", explica este profesor.

Son los alumnos los que se encargan de escoger los libros que van a leer

Las aulas del centro están equipadas con una estantería que alberga más de 70 libros en castellano y catalán. Próximamente también habrá títulos en inglés. El objetivo de los docentes es que, por cada dos obras leídas en catalán, se lea una en castellano. Generalmente, los alumnos tienen más dificultades para leer y escribir correctamente en catalán, explica la jefa de estudios del centro, Montserrat Casajoana.

La media hora de lectura diaria se realiza entre las nueve y las once de la mañana. Se empieza con el reparto de los libros, y luego tocan 30 minutos de silencio absoluto. A continuación, se recogen los libros y se inicia la clase correspondiente. "A veces los chicos nos piden alargar la media hora de lectura", asegura el profesor Regojo.

Pero la principal novedad de la iniciativa es que son los alumnos los encargados de escoger qué libro van a leer. "No queremos que ningún alumno se quede sin encontrar un libro que le guste", explica la profesora de catalán Carme Alcoverro, promotora de la iniciativa. Fue hace tres cursos cuando Alcoverro empezó a dedicar una hora diaria de sus clases de catalán a la lectura en silencio e individual. Este curso, la iniciativa se ha extendido en los cuatro cursos de ESO.

En cuarto, los alumnos pueden escoger entre clásicos de la literatura catalana, como Josafat, de Prudenci Bertrana o La plaza del diamante, de Mercè Rodoreda; títulos emblemáticos de la literatura juvenil como Las aventuras de Huckleberry Finn, de Mark Twain; o los libros más vendidos del momento, como La piel fría, de Albert Sánchez Piñol, o Soldados de Salamina, de Javier Cercas. En los estantes tampoco faltan títulos como La Metamorfosis, de Franz Kafka; La Colmena, de Camilo José Cela; Entre Visillos, de Carmen Martín Gaite, o Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez. También hay libros específicos para los inmigrantes de reciente escolarización, más sencillos y muy visuales.

En general, los alumnos se muestran satisfechos por esta iniciativa aunque piden más variedad de títulos. "Hay demasiados libros sobre amor", explica Silvia Ruiz, alumna de cuarto de ESO. Su compañera Yesica Bauza lo suscribe y reclama cómics y "más libros de humor". Otro estudiante, Joan Alcaraz, se autodefine como un amante de la lectura y sugiere "más títulos de filosofía y de poesía".

Los alumnos, además, escribirán en una ficha por qué han escogido el libro, qué les ha gustado, qué no, y por qué recomendarían su lectura. Y, una vez al mes la clase de lengua se convierte en un foro literario sobre los libros preferidos. Los profesores controlan diariamente las páginas que leen los alumnos y garantizan que la biblioteca esté bien surtida. De hecho, el centro no para de comprar libros. Ahora, los profesores quieren sorprender a los alumnos con uno de sus géneros preferidos, la literatura fantástica. "Se puede leer de todo, incluso tebeos", detalla la profesora Carme Alcoverro, "siempre que no sea manga". "Hoy en día hay alumnos que tienen dificultades para comprender las aventuras de Astérix o Tintín", señala esta profesora.

Los alumnos del instituto Sant Josep de Calassanç, de Barcelona, dedican media hora diaria a la lectura.
Los alumnos del instituto Sant Josep de Calassanç, de Barcelona, dedican media hora diaria a la lectura.JORDI ROVIRALTA

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