"En mi sermón hablo como un cura católico"
El imán de la mezquita Suhail de Fuengirola (Málaga), Mohamed Kamal Mostafá, se hizo tristemente célebre hace un año por un libro en el que daba recomendaciones sobre el castigo corporal a la mujer. Fue condenado a 15 meses de cárcel, pero sólo cumplió 20 días, al serle conmutada la pena por clases de Derecho Constitucional y Derechos Humanos. Desde hace mes y medio aprende como alumno único en una clase semanal de la Universidad de Málaga, donde también estudian tres de sus hijos. Kamal enfatiza su deseo de pasar página: "El juzgado me juzgó y se acabó". Es licenciado en la ley musulmana en Egipto y Arabia Saudí, y actualmente finaliza su doctorado en Literatura por la Universidad de Cádiz.
Pregunta. ¿Qué tal van sus clases universitarias?
Respuesta. Muy bien. El conocimiento de cualquier tipo y a cualquier edad es muy importante. Ninguna persona debería nunca decir no a la sabiduría. Cada hora que paso sin aprender algo para mí no cuenta como hora vivida.
P. ¿Cuál ha sido su mejor lección?
R. Hablamos sobre los derechos humanos y la declaración de la ONU. Ángel [Rodríguez, su profesor] es muy buena persona y me da todo el tiempo suficiente para explicarme. Me dedica más tiempo de lo normal. Es muy amable y he tenido mucha suerte con él. Igual me podía haber tocado alguien racista, pero no ha sido así...
P. ¿Considera que fue malinterpretado?
R. Prefiero no recordar el tema... Mi comunidad, especialmente las mujeres, siempre me han entendido perfectamente. La mayoría de las personas que dirigen la actividad en mi mezquita son mujeres. Algunos imanes incluso me llaman "el padre de las señoras".
P. ¿Qué consejos da a sus fieles en los sermones?
R. La religión musulmana no viene de otro planeta, es casi igual que la cristiana. En mi sermón hablo como un cura católico. Si siento que hay un problema para la integridad de la sociedad española, siempre lo menciono en el sermón, al igual que promuevo la enseñanza. Para que todos me entiendan, cada viernes doy el primer sermón en árabe y el segundo en español.
P. ¿Plantea los temas políticos o más espinosos?
R. Como cualquier persona hablo de política, pero nunca en el sermón. Si expreso mi opinión sólo me busco enemigos. Mi obligación me lleva a enseñar a los fieles a entender y cumplir la vida española, para ser una persona más de la calle. Ése es el mensaje más importante.
P. ¿Hay sermones más y menos radicales?
R. En varias ocasiones he escuchado la oración de curas católicos, y encuentro sus sermones más radicales que el mío, cuando hablan de actualidad y política. Si la gente cerrara sus ojos no sentirían diferencia. Es un problema de entendimiento. La gente no conoce el Islam en profundidad.
P. ¿Están los imanes siempre reconocidos?
R. Hay dos tipos de imanes, unos licenciados y reconocidos, y otros particulares. Gente de la vieja escuela y gente de la nueva. Alguna gente no está del todo integrada en España...
P. ¿Cómo se relacionan entre sí los imanes en la comunidad?
R. No hay jefes. El imán es la máxima autoridad en la mezquita y no hay congresos para los imanes, sólo la celebración. No tenemos un Vaticano ni unos obispos, sino una jerarquía diferente, más espiritual que real.
P. ¿Qué faceta prefiere de su papel de imán?
R. Lo que más disfruto es ayudar a la gente, que refleja la imagen de mi alma. La ayuda social, económica, enseñar, aconsejar a matrimonios... La más importante es la espiritual, porque calma los ánimos en estos momentos materialistas que vivimos, repletos de prisas y presiones.
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