_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Celtiberia Show

El debate sobre el Estatuto catalán, con la crispación provocada por el PP y su sector mediático, está propiciando comportamientos anecdóticos por parte de algunos políticos, magistrados, militares y comentaristas dignos de figurar en un libro semejante a aquel que escribió mi buen amigo Lluís Carandell titulado Celtiberia Show. Tenemos, por ejemplo, nada menos que a todo un presidente del Tribunal Supremo y del Consejo del Poder Judicial, Francisco J. Hernando, equiparando su interés por conocer la lengua catalana al que siente por aprender a bailar sevillanas. Por otra parte, el patrioterismo del presidente del PP, Mariano Rajoy, acompañado de sus fieles acólitos Acebes y Zaplana, no cesa de meterle el miedo en el cuerpo al vecindario, machacando la idea de que con el Estatuto España se romperá en mil pedazos. Advertencia que la Conferencia Episcopal se encarga de repetir a diario por su emisora, así como lo más florido de los comentaristas de la derecha más carpetovetónica y rancia. La crispación que entre todos provocan y el temor por que España se rompa es de tal grado, que un militar, el teniente general José Mena, alarmado, se ha creído en la necesidad de salir a la palestra para advertir que el Ejército está atento a los acontecimientos y, en caso necesario, sabrá cumplir con la misión que el artículo 8 de la Constitución le encomienda: la defensa de la integridad territorial de España y el orden constitucional. A esta situación esperpéntica han conducido todas las proclamas de la derecha, política y mediática, anunciando poco menos que el Apocalipsis si el Congreso aprueba el Estatuto para Cataluña. Todo un show celtibérico. Todo un esperpento. Porque si el Estatuto aprobado resultase ser inconstitucional, no harían falta las Fuerzas Armadas para impedir su entrada en vigor. Sería el Tribunal Constitucional el que se encargaría de esta misión. Esto Rajoy y compañía lo saben. ¿Entonces? Lo que les molesta es Zapatero. Crispan el ambiente y culpan al presidente del Gobierno del malestar existente. ¡Unos genios!

fburguera@inves.es

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_