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ESTRENOS | 'Volando voy' y 'Sud-Express'

Albaladejo recrea la rehabilitación del niño delincuente El Pera

Su nueva película refleja el Madrid de finales de los setenta y la Ciudad de los Muchachos

Los restos de un tatuaje en el brazo con su nombre de pandillero, El Pera, una sonrisa de pillo y la pasión por conducir es lo único que le queda a Juan Carlos Delgado del delincuente infantil que fue. A los ocho años conducía coches y los usaba para robar y para huir de la policía; a los 11 había sido detenido en 150 ocasiones. Ahora es un treintañero completamente rehabilitado gracias a la labor de la Ciudad de los Muchachos. Su trabajo, paradójicamente, consiste en enseñar conducción temeraria a la policía. Miguel Albaladejo ha llevado esta vida al cine.

Volando voy, como la canción de Kiko Veneno que es su banda sonora, es el título de la película. Volando iba Delgado a los 10 años, cuando era el cabecilla de una banda de delincuentes gracias a su arrojo y su asombrosa manera de conducir. Con el paso de los años y su rehabilitación gracias a la labor de la Ciudad de los Muchachos, donde sigue viviendo y colaborando, afirma con total seguridad: "Yo nunca he sido un delincuente. Era un niño. Y un niño nunca es un delincuente".

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Esta vida tan extraordinaria ha sido llevada a la gran pantalla de la mano del padre cinematográfico de Manolito Gafotas, Miguel Albaladejo. "Me veo totalmente reflejado en la película", afirma Delgado, que ha colaborado con Albaladejo en el guión. Para el director, Volando voy, que se estrena hoy, ha sido su rodaje "más difícil" debido a la ambientación a finales de los setenta y la presencia de niños en las escenas de acción. Por ello, la película cuenta con efectos especiales "invisibles", sobre todo en las persecuciones de coches, que se han rodado en plató para evitar riesgos. Para el papel protagonista realizó un casting entre 6.000 escolares de Madrid y de ahí surgió Borja Navas, Delgado en la pantalla.

El director se fijó en un periodo de la vida de El Pera, pero opina que se podría hacer incluso una serie con su historia. Para Delgado, es un homenaje a sus padres, "a quienes yo les quedaba grande", y al Tío Alberto (creador de la Ciudad de los Muchachos). "La película transmite un mensaje claro a la sociedad, a chavales que puedan estar equivocados y que crean que esto acaba bien. Porque no es así, se acaba mal. Mis amigos de entonces están todos muertos. Yo soy un afortunado", reconoce. Albaladejo prefiere no hablar de mensajes. "Para mí era importante mostrar a un chico que no le tenía miedo a nada, tampoco a cambiar. Eso me parece heroico".

Miguel Albaladejo.
Miguel Albaladejo.SANTOS CIRILO

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