Kadima, el partido de Sharon, sigue subiendo en las encuestas
Los médicos retiran completamente la anestesia al político israelí
Mientras al primer ministro israelí, Ariel Sharon, le retiraban ayer completamente la anestesia, las expectativas de Kadima, el partido que fundó en noviembre tras abandonar el Likud, se disparan. A dos meses y medio de las elecciones, dos encuestas otorgan a esta formación 44 o 45 de los 120 escaños del Parlamento, cuatro más de los que conseguía en el último sondeo efectuado después del ingreso en el hospital del ex general el 4 de enero.
Los médicos que atienden a Sharon comenzaron anoche a reducir la sedación a niveles mínimos para despertarle del coma. Los efectos de la anestesia pueden tardar hasta 36 horas en desaparecer y los especialistas apuntan que serán necesarias varias jornadas para conocer la magnitud de los daños que aquejan a Sharon, que sufrió un ligero infarto cerebral el 18 de diciembre y tres severas hemorragias hace una semana. El enfermo reacciona ligeramente a estímulos olfativos y sonoros y ha movido extremidades en ambos lados del cuerpo al tiempo que su partido, Kadima (Adelante, en hebreo), muestra un espléndido comportamiento en los sondeos.
Dos encuestas, de los diarios Haaretz y Maariv, arrojaron ayer resultados mejores que los de la semana precedente. Kadima lograría 44 o 45 escaños, cuatro más que siete días atrás. El Likud sigue hundido, con entre 13 y 15 escaños, 25 menos de los que cosechó en 2003. Y el Partido Laborista, que despuntó tras la elección de Amir Peretz como su nuevo líder en noviembre, enfila la cuesta abajo: se adueñaría de entre 16 y 18 asientos en la Kneset si los comicios se celebraran hoy. Los laboristas contaban con 20 diputados en la última Cámara, y les costará remontar antes del 28 de marzo, fecha de las elecciones legislativas.
Ehud Olmert, que casi con certeza reemplazará a Sharon al frente de Kadima, no es un dirigente carismático, ni proviene de la carrera militar, como varios primeros ministros del Estado judío. Pero su tesis de la necesidad de desmantelar asentamientos en Cisjordania -sin ceder un centímetro de Jerusalén y de otras colonias muy pobladas- fue lanzada incluso antes de que Sharon propusiera la evacuación de la franja de Gaza y es bien vista por buena parte de la población israelí. El extremista Likud rechaza la más mínima cesión territorial. Y Peretz, visto como muy proclive a las concesiones, no recaba confianza a la hora de manejar el conflicto con los palestinos.
Los analistas señalan que Olmert, primer ministro en funciones, afronta ciertos riesgos. En 1999 se creó en Israel el Partido de Centro, proyecto frustrado por las pugnas entre sus líderes para confeccionar las listas electorales. Será una prueba de fuego para Olmert. No son del agrado del electorado israelí los dirigentes que no son capaces de imponer orden. Y si no lo hacen en su propia casa, menos posibilidades tendrán de hacerlo en todo el país. Según informó ayer The Jerusalem Post, Olmert encabezará la candidatura, seguido por el ex laborista Simón Peres y la ministra de Justicia, Tzipi Livni. Dirigentes de Kadima se decantan por situar al convaleciente Sharon como número uno de la lista.
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