El Consorcio negocia con fondos de pensiones la venta en Argentina
El Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia negocia con fondos de pensiones la venta del único negocio que le queda en el extranjero, la concesión del servicio de agua en Argentina. Tras desprenderse de la inversión en Uruguay, la entidad quiere hacer lo mismo en el país vecino, aunque en este caso la urgencia es menor, dada la menor participación en el negocio y su inferior repercusión económica.
La entidad de aguas, que se encarga del saneamiento y abastecimiento de 55 municipios del área metropolitana (un millón de habitantes, casi la mitad de Euskadi), inició en el año 2000 su inversión en Argentina. Desde entonces forma parte de la sociedad de Aguas del Gran Buenos Aires con una participación del 3,3%. Idéntica presencia tienen la BBK y la SPRI (Sociedad para la Promoción y Reconversión Industrial, dependiente del Gobierno vasco), mientras que los socios mayoritarios son la constructora ACS, con el 37% y la compañía italiana Impregilo, con un 43%.Al principio el negocio en Argentina iba bien pero las crisis en ese país suramericano afectaron a la concesión, debido a la elevada morosidad de los abonados. Hace cuatro años, se llegó a una cifra de 40% de clientes que no pagaban sus facturas. Con la recuperación económica argentina, la situación ha mejorado pero el Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia mantiene su intención, anunciada en 2003, de desprenderse de su inversión. "Ya no tiene mucho sentido que el consorcio tenga esa participación", señalan fuentes de la entidad.
Según los datos aportados, el negocio está en una situación de "stand-by, sin beneficios ni pérdidas". El Consorcio Bilbao-Biz-kaia ha intentado vender su participación a los dos socios mayoritarios pero sin éxito. Tanto ACS como los italianos de Impregilo han asegurado que su participación es una inversión financiera y no estratégica y su intención es mantener las acciones que disponen. "Estamos buscando fondos de pensiones u otros agentes interesados en esta inversión a largo plazo", afirman en la entidad de aguas. La concesión se firmó en diciembre de 1999 con un plazo de duración de 30 años.
La situación es diferente al otro negocio extranjero que tenía la entidad, en Uruguay. Allí su participación era del 13%, con una inversión de 1,2 millones de euros, y ostentaba la presidencia de la sociedad Uragua (en Argentina ni siquiera forman parte de la dirección). Además, todos los socios eran vascos y tenían una posición común sobre la venta del negocio. La inversión en Uruguay se finiquitó en noviembre, cuando la concesión pasó a manos de la Administración uruguaya. El consorcio vizcaíno de aguas cerró el negocio con 184.000 euros de beneficios, según indicó entonces por el presidente de la entidad, Ibon Areso.
La llamada aventura americana fue cuestionada por los partidos de la oposición y mereció el reproche del Tribunal Vasco de Cuentas, que aseguró que el consorcio debía limitarse a trabajar en su ámbito geográfico.
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