Policía de Tomares
La madrugada del pasado lunes 21 de diciembre, unos desaprensivos quemaron el coche del hijo de un compañero de trabajo que se encontraba aparcado en una calle adyacente a su residencia en una urbanización de Tomares. La Policía Local de Tomares sólo pudo llegar para certificar que el vehículo sólo servía para chatarra. El mismo día, un Policía Local de Tomares retuvo el autobús interurbano para identificar a mi hijo, portavoz del colectivo Tomares Siglo XXI. Contra el abuso policial y al que tienen más que identificado, porque había cruzado la carretera corriendo (para no perder el autobús) sin pasar por el paso de cebra. Estamos acostumbrados al continuo acoso, amparado por el incompetente sargento de la Policía Local de Tomares (sin duda el mando policial más desacreditado de Andalucía), que incluye denuncias basadas en atestados policiales plagados de falsedades a los que las autoridades judiciales cada vez dan menos crédito.
Varias plazas de la Policía Local en el pueblo no se amortizan porque el amplio presupuesto en seguridad personal de la alcaldesa Hierro, que incluye escolta permanente y automóvil con cristales blindados, lo impide. Si estas plazas fueran cubiertas y los policías no fueran empleados en rancias vendettas del sargento posiblemente habría más vigilancia nocturna en nuestras calles y el coche del hijo de mi compañero de trabajo seguiría, intacto, aparcado en el mismo lugar.
Está claro que a nuestra alcaldesa y a su camarilla sólo les preocupa su seguridad (no la del pueblo) y las críticas a su gestión.
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