Un ex vicepresidente sirio acusa a Bachar el Asad de amenazar a Hariri antes de su asesinato en Beirut

Desde su actual refugio en París, el ex vicepresidente sirio Abdel Halim Jadam ha desatado una nueva tormenta política contra el régimen de Damasco al denunciar duramente la política del presidente sirio, Bachar el Asad. En una entrevista emitida anoche por la cadena de televisión Al Arabiya, Jadam afirmó que Asad amenazó al ex primer ministro libanés Rafik Hariri meses antes de su asesinato en un atentado en Beirut. "Hariri recibió muchas amenazas", dijo Jadam. "Asad me dijo que le había dirigido algunas palabras muy duras a Hariri (...) algo así como: 'Aplastaré a cualquiera que intente desobedecerme".

Las acusaciones de Jadam van a contribuir a aumentar las presiones internacionales sobre Asad, ante la supuesta relación de su régimen en el asesinato de Hariri, ocurrido el 14 de febrero pasado. El ex primer ministro libanés fue víctima de un atentado terrorista con coche bomba en pleno centro de Beirut, que acabó además con la vida de otras 22 personas. Pero la explosión también puso fin al miedo de la población libanesa al poderoso aparato de seguridad y espionaje de Siria. Las sucesivas manifestaciones y las denuncias internacionales obligaron a Asad a poner fin a 30 años de presencia militar en Líbano.

Jadam asegura que uno de los más estrechos colaboradores de Bachar el Asad, el ex jefe de los servicios de espionaje en Líbano, Rustom Gazali, "amenazó e insultó en varias ocasiones" a Hariri. El ex vicepresidente critica a Asad por "defender constantemente a Gazali". "Esta es una cuestión que los sirios se preguntan. Muchas veces aconsejé a Bachar que le destituyera", aseguró ayer Jadam.

En el informe de la comisión investigadora de Naciones Unidas sobre el asesinato de Hariri, que encabezó el alemán Detlev Mehlis, se involucra a altos oficiales sirios y libaneses en el atentado. Medios diplomáticos reconocen que el nombre de Gazali siempre aparece en la lista de acusados. Un informe que, sin embargo, ha sido rechazado por el régimen de Damasco, calificándolo de "estar lejos de la verdad".