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Crítica:CRÍTICAS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Sensibilidad materna

Javier Ocaña

El movimiento cinematográfico danés Dogma 95 dejó, además de un cargamento de egolatría y un puñado de buenas películas, unos cuantos nuevos nombres en el panorama del cine internacional. Uno de ellos, el de la más que interesante Annette K. Olesen, por fin llega a las salas españolas gracias al estreno de En tus manos, notable drama de sentimientos encontrados, verdades nunca manifestadas a la cara y miedos difíciles de expulsar acerca del matrimonio, la maternidad y el choque entre fe religiosa y responsabilidad familiar.

Como en la también estupenda Minor mishaps (Pequeños contratiempos), tan terrible como encantadora, exhibida en el festival de Berlín de 2001 y que nunca llegó a estrenarse comercialmente en nuestro país, Olesen demuestra una gran sensibilidad ante el tormento interior de la enfermedad o, como en el caso de la presente película, ante la lamentable situación de un feto con un defecto en los cromosomas.

EN TUS MANOS

Dirección: Annette K. Olesen. Intérpretes: Ann Eleonora Jorgensen, Trine Dyrholm, Nicolaj Kopernikus, Sonja Richter. Género: drama. Dinamarca, 2004. Duración: 101 minutos.

La directora explora la tragedia a través de la mirada de una consejera espiritual de una prisión de mujeres y nunca juzga, siempre deja en manos del espectador el dictamen ante la actuación de los personajes. La culpabilidad y la vergüenza, sentimientos injustos, pero muy naturales en casos como éste, pasan a formar parte de la mente de la madre, aunque en todo momento se ven contrarrestados por la fortaleza de ciertos roles que funcionan como calmantes ante ese tormento interior tan difícil de erradicar.

Fe y razón se ven enfrentadas, y un tema tan enraizado en el cine danés como el de los milagros cobra especial importancia, relacionándose esta vez con la esterilidad materna y con la desintoxicación por dependencia de estupefacientes. Al igual que el presunto demente Johannes en la mítica La palabra (Karl Theodor Dreyer, 1955), una de las protagonistas de En tus manos se encuentra a medio camino entre un despojo social y moral, y una santa con poderes curativos iluminada por Dios. Algo que también ocurría en la descorazonadora actitud de la mártir consciente de Rompiendo las olas (Lars Von Trier, 1996).

En cuanto a la realización, Olesen calma la nerviosa cámara de los días más terribles del Dogma, abandona los temblores gratuitos y se fija en los apesadumbrados rostros de las personas que le están viendo las orejas al lobo, con calma, con verdad y, por supuesto, con responsabilidad. La directora se emparenta así con compañeros de Dogma como Lone Scherfig, autora de Italiano para principiantes, alejándose de la malsana brutalidad y de los arranques provocadores (y muy interesantes) de otros como Lars Von Trier (Los idiotas) y Thomas Vinterberg (Celebración). Olesen, a pesar de la desabrida decisión que ha puesto sobre la mesa de sus protagonistas, parece apostar por la ternura, por el consuelo y por el amparo, aunque sea previo paso por un proceloso via crucis físico y moral.

Película no apta para todos los paladares, aunque absolutamente recomendable para uno de esos días en los que la fuerza interior está por encima de la media, En tus manos viene avalada por el Premio Especial del Jurado en la Seminci de Valladolid de 2004.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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