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Reportaje:

"El objetivo prioritario ahora es abastecer las ciudades"

El director general de Agua asegura que la sequía obliga a retrasar los trasvases para usos agrícolas o medioambientales

El Ministerio de Medio Ambiente confirmó el martes los peores temores. La sequía sigue castigando a España, excepto la zona norte. Después de que el pasado año meteorológico (hasta septiembre de 2005) vaya a ser recordado como el más seco desde que se tienen registros (en 1947), el último cuatrimestre ha vuelto a llover con cuentagotas. Del 1 de septiembre al 20 de diciembre han caído 228,5 litros por metro cuadrado, cuando lo normal en estas fechas son 240 litros. Y no sólo ha llovido por debajo de la media, sino que la distribución ha sido muy irregular. Mientras en Castilla y León, Aragón y Cataluña ha llovido un 50% más por encima de los valores medios y en la zona cantábrica incluso entre un 100% y un 130% más, en el resto de España las precipitaciones han sido entre un 25% y 30% menores de las registradas otros años por estas fechas.

"Es arriesgado juzgar cómo irá todo un año por los tres primeros meses", declaró ayer a EL PAÍS el director general de Agua, Jaime Palop. En cualquier caso, explicó, "ha pasado la primera gran época de recolección y podemos confirmar que estamos ante una sequía de ámbito mediterráneo. Sólo se salva el Duero y el Norte". "Pase lo que pase en primavera, la situación no va a ser normal en algunas zonas", concluyó.

El problema es que la feroz sequía del año pasado dejó los embalses bajo mínimos. Cuencas como la del Júcar estaban en 2004 al 34,4% y ahora están al 19,6%. Y en el Guadalquivir o han pasado del 70,5% al 40,2%. Además, desde que a mediados de octubre el cielo comenzó a soltar las primeras gotas, el nivel de agua embalsada no había dejado de aumentar. Sin embargo, las precipitaciones en la última semana han sido tan escasas que la reserva hídrica ha vuelto a descender (0,3 puntos del 20 al 27 de diciembre). Los pantanos se encontraban el martes al 45,3% de capacidad.

En el Ministerio de Medio Ambiente afirman que ya preveían que la sequía no iba a durar sólo un año. Palop explica que por eso se aprobaron obras que duraban dos años, "aunque algunos no lo entendían", como la desalinizadora de San Pedro del Pinatar II o la modernización de regadíos en Lorca (ambas en Murcia). Además de las obras de emergencia, se han tomado medidas que afectan a la gestión del agua. Este otoño se han aprobado dos decretos de medidas excepcionales contra la sequía, para las cuencas situadas en la mitad sur de la Península y la del Ebro, que permiten modificar las prioridades, los usos y las cuantías asignadas de agua dentro de cada cuenca. El problema es que algunas cuencas no tenían agua suficiente. Por eso, el pasado 16 de diciembre el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto que permitían la transferencia de derechos de agua entre cuencas diferentes.

Reunión con las cuencas

El siguiente paso será reunirse, el mes de enero, con los responsables de las cuencas más afectadas para acordar nuevas actuaciones. "El objetivo prioritario ahora es abastecer las ciudades", afirmó Palop. "Todas las necesidades que puedan desplazarse, como las agrícolas o medioambientales, habrá que desplazarlas hasta ver cómo reacciona la primavera". El director general de Agua puso como ejemplo el trasvase a las Tablas de Daimiel, que se ha retrasado. "Si lloviera, nos ahorraríamos esa agua", afirmó.

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Las previsiones no son demasiado halagüeñas. El jefe de predicción del Instituto Nacional de Meteorología, Ángel Rivera, afirmó que las precipitaciones en el próximo trimestre estarán cercanas a los valores medios. "Servirá para ir tirando pero no para recuperar los 200 milímetros [litros por metro cuadrado] que se perdieron el año pasado", precisó.

El campo teme más perdidas

"El agua es como una medicina, hay que suministrarla gota a gota", se lamentaba ayer el responsable de COAG en Murcia, Pedro Lencina.

Asegura que en esta región algunos cultivos de cereales y hortalizas de invierno, como la lechuga o el apio, no se han podido sembrar. "De seguir así, será una catástrofe", aseguró.

Una lectura parecida realizan en otra de las asociaciones de agricultores. Un portavoz de Asaja afirmó que de momento el campo no está acusando la sequía porque la mayoría de los cultivos están invernando. El problema surgirá cuando haya que sembrar los cultivos primaverales, como el maíz, el arroz o el tabaco. "Si el campo está seco no se va a poder realizar la siembra", indicó.

El temor principal del sindicato es que llegue la primavera, los embalses estén tan vacíos como ahora y se priorice el abastecimiento humano sobre el riego. "La situación es muy alarmante, porque cuando los pantanos cogen agua es ahora, y si no la cogen podría haber recortes del riego muy drásticos", afirmó. De momento, la comisión Tajo-Segura ha aconsejado un trasvase de 38 hectómetros sólo para consumo humano.

Según Asaja, las pérdidas de los agricultores pueden ser mayores que las del año pasado, que este sindicato fijó en 600 millones de euros.

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