Los 'arrantzales' temen la desaparición de la anchoa a la vez que piden ayudas ante la baja cuota de pesca

La pesca sostenible y las necesidades económicas se mezclaron ayer en las declaraciones de los arrantzales a la hora de valorar la decisión del Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europea de levantar en marzo la veda para capturar anchoa en el Golfo de Vizcaya. El presidente de la Federación de Cofradías de Vizcaya, Iñaki Zabaleta, apuntó que la reapertura de la pesca de la anchoa en marzo puede suponer la "desaparición" de esta especie.

Sostuvo que no existe estudio alguno que corrobore que el TAC (Total Anual de Capturas) de 5.000 toneladas establecido -de las que 4.500 corresponden a España y 500 a Francia- no pondrá en riesgo la recuperación de la anchoa, postura que defiende la ministra española de Pesca, Elena Espinosa, argumentando que se trata de una cuota pequeña.

Zabaleta se agarró precisamente a este argumento para cuestionar la subsistencia de los arrantzales. Según sus cálculos, a cada uno de los barcos de la flota de bajura que faena en el Cantábrico le correspondería una cantidad "muy pequeña", de unoa 20.000 kilos de anchoa. Por ello, pidió ayudas a la Administración. Los pescadores de Guipúzcoa analizarán el lunes el acuerdo de la UE.

El secretario general de Pesca Marítima, Juan Carlos Martín Fragueiro, indicó que, en el supuesto de que la evaluación de la próxima primavera indicase que los niveles de anchoa no son óptimos, "automáticamente se cerraría la pesquería". En cuanto a la cesión de España a Francia de 500 toneladas de anchoa, además de las 500 ya otorgadas por Bruselas, explicó que se han cedido 250 hasta el 31 de mayo. A partir de esa fecha se ofrecerían otras tantas si la pesquería está "en buen estado". A cambio, España recibirá "toda la captura de cebo vivo" en la zona de las seis millas de la costa francesa.

Los arrantzales creen este intercambio un "engaño" para el sector de bajura. También Greenpeace, que acusó a la UE de ignorar las recomendaciones científicas y de manejar las cuotas como si se tratara de "un mercadillo".