El Parlamento ruso aprueba la ley que restringe las actividades de las ONG
Serán prohibidos los grupos que supongan una amenaza a la idiosincrasia y la cultura rusas
La Duma Estatal o Cámara baja del Parlamento ruso aprobó ayer la nueva ley que restringe las actividades de las organizaciones no gubernamentales (ONG), que ha sido duramente criticada por los grupos de defensa de los derechos humanos. La ley permite prohibir las ONG por supuestos como "crear una amenaza" a la "idiosincrasia", "legado cultural" o "intereses nacionales" de Rusia. Además, impone un control financiero -las ONG extranjeras que den becas tendrán que informar lo que reciben y en que lo gastan- para evitar que financien revueltas como la revolución naranja ucrania.
La nueva norma seguirá dejando el destino de las ONG en manos de los burócratas, que pueden actuar con arbitrariedad. La ley, inspirada por el Kremlin, fue aprobada por una aplastante mayoría: 357 diputados votaron a favor, 20 en contra y 7 se abstuvieron. Ígor Yakovenko, secretario general de la Unión de Periodistas de Rusia, aseguró que la nueva norma provocará un daño irreparable a la sociedad civil. "El que la Duma haya aprobado la ley sobre las ONG puede ser considerado una declaración de guerra por parte del Estado a los brotes de sociedad civil que hay todavía en Rusia. Esto demuestra que Rusia pasa del autoritarismo al totalitarismo", declaró.
No todos están de acuerdo con la posición extrema de Yakovenko, y subrayan las modificaciones positivas introducidas en el documento. Por ejemplo, las delegaciones rusas de organizaciones extranjeras no deberán, como estipulaba la redacción inicial de la ley, someterse al registro ruso de asociaciones públicas, sino que bastará con informar a las autoridades de su intención de trabajar en Rusia.
El Servicio Federal de Registro (SFR) -el organismo que controlará tanto las actividades como las finanzas de las ONG- tiene derecho a retirar de la lista nacional a las ONG que no presenten los datos exigidos o que sus actividades no se correspondan con los objetivos declarados por ellas. Es aquí donde las ONG pueden quedar en manos de los burócratas o de los caprichos del Gobierno, ya que la ley no fija criterios para evaluar ni esas actividades ni su concordancia con los fines de la fundación correspondiente. Las ONG que son borradas de la lista, no tienen derecho a funcionar en Rusia. El mayor golpe contra las ONG es que antes, para prohibir su funcionamiento, el Estado tenía que recurrir a los tribunales. Ahora no. Es la ONG la que debe apelar la decisión del SFR. Además, entre los motivos por los cuales el SFR puede rechazar la inscripción en el registro que permite trabajar legalmente figuran fórmulas tan vagas como que la ONG pueda "crear una amenaza" a la "idiosincrasia", "legado cultural" o "intereses nacionales" de Rusia. Con esto, los legisladores y el Kremlin desean impedir que las ONG puedan ser utilizadas para desestabilizar el régimen político, como ha ocurrido -según Moscú- en otros países que antes formaban parte de la Unión Soviética.
Del control financiero se libran las ONG extranjeras, pero las que den becas o subvenciones deben informar sobre el volumen del dinero recibido, los fines en que será empleado y cómo se gasta en la práctica. Si el SFR encuentra irregularidades en el uso podrá sancionar a la ONG correspondiente y al fin y al cabo, prohibirla. Algunas de las modificaciones aprobadas por la Duma suavizan el texto del Gobierno, que los parlamentarios aprobaron en primera lectura, el pasado noviembre.
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