Carga policial contra 500 menores tras una pelea entre alumnos de dos colegios
Un joven herido y tres detenidos en los incidentes de la calle de Serrano
Una pelea con lanzamiento de huevos entre dos institutos del distrito de Chamartín acabó ayer con una carga policial contra varios centenares de menores (500, según la policía y 200, según los estudiantes). Un joven de 15 años, alumno del Ramiro de Maeztu, resultó herido grave al caerse desde la entrada de un garaje cuando huía de la policía, según explicó la directora del centro, Coral Báez. Los agentes detuvieron a tres menores, de 16 años, e identificaron a otros 15, de entre 15 y 21 años.
Los problemas comenzaron sobre las 11.30. La Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana había montado un dispositivo de vigilancia a las puertas del colegio La Salle Maravillas, en la calle de Guadalquivir.
Todos los años, en el último día lectivo antes de las vacaciones de Navidad, los alumnos del vecino instituto Ramiro de Maeztu acuden provistos de huevos y otros objetos para lanzarlos contra la fachada del centro contrario.
Una docena de agentes estaban parapetados en los alrededores de La Salle Maravillas. A esa hora llegaron dos centenares de jóvenes que irrumpieron por la calle de Serrano a la altura del número 127. Los jóvenes no eran todos alumnos del Ramiro, ya que entre ellos había infiltrados. Se habían avisado por mensajes cortos (SMS) de teléfono móvil.
Según Coral Báez, muchos de los que participaron en los incidentes no son alumnos de ese centro: "Había niños de muchos institutos de Madrid. De hecho, la mayoría de los alumnos del Ramiro de Maeztu estaban participando en las actividades que había programadas. Al parecer, ha habido una convocatoria a través de mensajes por móvil y por eso se han reunido tantos chavales".
Los jóvenes irrumpieron en medio de la calzada y cortaron la circulación en la calle de Serrano. Llevaban huevos, petardos, piedras, canicas de cristal y numerosas botellas.
Según explicó una estudiante, "un grupo de chicos, que no eran del Ramiro, empezaron a tirar petardos y piedras a la policía. No paraban. Entonces llamaron a los antidisturbios, vinieron tres lecheras y cortaron la calle hasta la plaza de la República Argentina"La policía cogió el material antidisturbio de las furgonetas (cascos, escudos y porras) y empezó a cargar contra los chavales. Ante la avalancha que se les venía encima el subgrupo de la unidad de intervención policial (UIP), más conocidos por antidisturbios pidieron refuerzos por radio. Otros agentes sacaron las escopetas y comenzaron a lanzar pelotas de goma.
Y la situación se puso "muy fea", según recuerdan los testigos. "Entonces empezamos a correr por la calle de Jorge Manrique hacia Nuevos Ministerios. Nos pegaban incluso porque no corríamos. Ni siquiera nos dejaron acercarnos al Maravillas. Toda la calle de Serrano estaba llena de gente", añade la joven.
Los congregados no se arredraron al principio y comenzaron a lanzarles todo tipo de objetos, según fuentes policiales. "Les hemos visto mucho más preparados que otros veces. Estaban más violentos que el año pasado", comenta un responsable de Seguridad Ciudadana.
Una funcionaria que trabaja en las inmediaciones aseguró que la carga policial fue desmesurada y que los antidisturbios se emplearon a fondo, pese a que eran adolescentes. "No dejaba de ser una gamberrada. No estaban atacando a nadie. Sólo eran niños de 15 años", añade esta trabajadora. Una de las jóvenes que estuvo en los altercados aseguró que había pasado mucho miedo: "A un chico le han pisado incluso la cara. A otro le han pegado con la porra muchas veces y con ensañamiento. Se han pasado porque no era para tanto".
Carreras y cargas
A partir de ese momento, comenzaron las carreras y las cargas policiales. Los jóvenes intentaron refugiarse en el instituto. En la puerta del Ramiro estaba la directora del centro y otros profesores. Intentaban evitar que los chavales que no tenían nada que ver con el Ramiro entraran en el recinto. Mientras, los responsables policiales ordenaron que 10 motoristas de Seguridad Ciudadana, denominados alazanes, para evitar que los jóvenes se dispersaran y se extendieran los disturbios por el resto del barrio. Las verjas ayer estaban cerradas y vigiladas. Los alumnos de secundaria (de 12 a 16 años) tienen prohibido salir del centro durante el recreo. Por eso, los responsables del Ramiro creen que algunos chavales saltaron la valla y, según algunos alumnos, pudieron escaparse por el polideportivo Antonio Magariños, que estaba abierto.
Yolanda y Adriana, alumnas de 16 años que estaban vendiendo postales solidarias en la zona, se toparon al pasar por el quiosco con unos 15 chicos que estaban cara a la pared con los brazos en alto. Eran vigilados de cerca por unos seis agentes, que empezaron a cachearlos y decomisarles todas las armas que llevaban. "Nos hemos escondido detrás del quiosco. Entonces hemos escuchado un pelotazo. Nos han revisado la caja por si llevábamos huevos. Era desproporcionado por las dos partes. Es irracional tirar huevos, botellas y causar destrozos de la misma forma que la represión policial ha sido demasiado fuerte", señalaron ambas jóvenes.
Dos agentes resultaron heridos de carácter leve al ser alcanzado por los cristales de una botella lanzada por un chaval, que se rompió contra un coche. Otro policía también sufrió lesiones al recibir un puñetazo de uno de los menores, mientras que a un compañero le propinó un cabezazo otro de los jóvenes arrestados. Este último portaba un tirachinas con canicas de cristal.
Uno de los episodios más graves se vivió en el número 87 del paseo de la Castellana, cuando un chaval de 15 años se precipitó desde una altura de unos seis metros, cuando, supuestamente, huía de la policía. Cayó desde la pasarela de un garaje. Sufrió un fuerte golpe en la cabeza, que le produjo un hematoma cerebral. Fue atendido por los facultativos del Samur-Protección Civil, que le trasladaron en estado grave al servicio de urgencias del hospital infantil Niño Jesús. Aquí, fue sometido a una operación para evacuar el hematoma. Su estado anoche era "estable, dentro de la gravedad", según explicó una portavoz del centro hospitalario.
"Buen chaval"
La directora del Ramiro, Coral Báez, explicó que este chico es "un buen estudiante, muy buen chaval, que había ido a clase por la mañana". "Al final pagan los más inocentes", concluyó.
La policía detuvo a tres chicos, de 16 años, que fueron trasladados al Grupo de Menores (Grume). También identificó a 15 jóvenes, de entre 15 y 21 años, acusados de seguir tirando objetos a los agentes desde detrás de las vallas del Ramiro. Su filiación será enviada a la Delegación del Gobierno en Madrid para que les sea tramitada la correspondiente sanción.
Un taxi quedó abollado en el techo, mientras que dos motos sufrieron roturas en el carenado delantero y una furgoneta con destrozos en la parte trasera y en la aleta derecha, tras ser golpeada con un objeto contundente, según una portavoz de la Jefatura Superior de Policía.
El tramo de la calle de Serrano hasta la plaza de la República Argentina quedó sembrado de huevos, que daban testimonio de la batalla campal en la que se desembocó la huevada contra el colegio La Salle Maravillas, en la calle de Guadalquivir, que quedó indemne a tanta revuelta.
El Sindicato de Estudiantes pidió ayer en un comunicado la puesta en libertad de los detenidos y en el que calificó la carga policial de "provocadora" e "indiscriminada".
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