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El Ramiro de Maeztu había preparado varias actividades para evitar los incidentes de otros años

No era la primera vez que la guerra de huevos acababa en disturbios. En el año 2002 ya hubo un detenido en este incidente. Al centro de la Salle Maravillas entonces le ocasionaron daños por valor de 40.000 euros. Los alumnos del Ramiro lanzan huevos a la fachada de la Salle Maravillas desde 1988, hace 17 años. Para evitar que los chicos participaran en los altercados, la dirección del centro escolar había preparado varios actos en el centro escolar para mantener a los estudiantes controlados una vez que los profesores les hubieran dado las notas.

"Hemos puesto todo el empeño en que los alumnos estuvieran en el instituto hasta las dos y media de la tarde, que es su hora de salida habitual", explicó Coral Báez, directora del centro. Primero se había organizado una entrega de premios del concurso de felicitaciones navideñas. Ayer se podían ver las ganadoras en el vestíbulo del centro escolar.

Después, la dirección había organizado un concierto de rock en el que actuaban grupos musicales de alumnos del colegio en el polideportivo al que llaman La nevera. Sin embargo, algunos alumnos prefirieron la batalla de huevos a las actividades oficiales, lograron escaparse del centro y se sumaron a los disturbios. La directora del Ramiro defendió ayer a los alumnos de su centro: "Los chicos de este instituto no son unos vándalos, son chicos solidarios, trabajadores y buena gente", concluyó.

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