Vilafranca también tiene su Sant Miquel

La Generalitat ha adquirido por un total de medio millón de euros el retablo de Sant Miquel Arcángel, atribuido a Marçal de Sax, a la familia catalana Batlló. Una pieza gótica extraordinaria, a juicio de los expertos, que viene a completar la colección del Museo de Bellas Artes de Valencia San Pío V, donde hoy se exhibe en la magnífica sala de retablos.

El consejero de Cultura, Alejandro Font de Mora, anunció el pasado 12 de diciembre la adquisición de la obra a través de dos pagos. Entonces llamó la atención sobre el "interés iconográfico" de la obra porque, "a pesar de que en el ámbito valenciano siempre ha habido devoción a San Miguel Arcángel, los únicos retablos del gótico valenciano que representan a este santo no se encuentran en la Comunidad Valenciana, sino en el Museo de Bellas Artes de Lyon y en el Metropolitan de Nueva York".

Sin embargo, en la iglesia arciprestal de Sant Mateu, y dentro de la exposición Paisatges Sagrats, que organiza la Generalitat mediante la fundación La Llum de les Imatges, se exhibe otro gran retablo gótico de Sant Miquel, de propiedad valenciana y realizado en la misma época que el de Marçal de Sax. Se trata de un préstamo de la iglesia parroquial de Vilafranca, población de la comarca de L'Alt Maestrat, del siglo XVI. La iconografía es prácticamente la misma: la correspondiente al arcángel Sant Miquel, que lucha contra el demonio (y no contra un dragón, como Sant Jordi).

Su autor fue Bernat Serra, pintor de Tortosa afincado en Morella. Recibió el encargo en 1429 y lo concluyó en 1431. Su destino era la ermita de Sant Miquel de La Pobla del Bellestar, enclave original de Vilafranca. La población lucha hoy por conservar su apreciado patrimonio, en concreto, su iglesia parroquial, que se encuentra en mal estado y cuyo techo tiene filtraciones de agua. El Consell Valencià de Cultura aconsejó en 2003 declararla Bien de Interés Cultural.

El retablo de Sant Miquel es una de las obras más representativas de la localidad, junto a un retablo de Valentí Montoliu, de 1455, que se muestra también en Paisatges Sagrats, si bien su ubicación habitual es el Ayuntamiento. Por ello, han causado malestar en Vilafranca las declaraciones del consejero, que visitó la iglesia parroquial, con el retablo de Serra en su interior, y posteriormente, inauguró la exposición en Sant Mateu.

Varias personas de la población castellonense inciden en que no tienen nada contra la compra de la obra de Marçal de Sax ni dudan de su importancia, pero sí se sienten agraviados por el olvido del consejero.

El retablo, como otras valiosas obras de la comarca, volvió a Vilafranca gracias a que el académico de la historia mossen Manuel Milian hizo un inventario del obispado de Tortosa antes de la Guerra Civil. Tras un largo periplo por Valencia, el Museo del Prado o Suiza, retornó a su pueblo porque estaba perfectamente documentado.