Una competición en altura
Cuatro capitales andaluces proyectan nueve edificios que cambiarán la fisonomía urbana con sus dimensiones
- Sevilla. La torre de Puerto Triana, el edificio que albergará la sede de la entidad resultante de la fusión de El Monte y Caja San Fernando, medirá como mínimo 150 metros, el equivalente a una Giralda y media. El alcalde hispalense, Alfredo Sánchez Monteseirín, ya anunció hace meses que el Ayuntamiento quería coronar Puerto Triana, un proyecto empresarial y comercial en la zona sur de la isla de La Cartuja, con una torre que se convirtiera en un "hito arquitectónico". Pero casi nadie esperaba que el edificio tendría, como mínimo, 50 plantas y 150 metros de altura. El gobierno municipal y muchos arquitectos consideran que Sevilla necesita modernizar su silueta con una iniciativa semejante, mientras que las asociaciones de defensa del patrimonio consideran que es un proyecto "cateto" y "excesivo" y advierten de que aumentará en 25.000 el número de vehículos diarios que circulan por La Cartuja, que ya sufre habitualmente grandes atascos.
El delegado provincial de Cultura, Bernardo Bueno, ha explicado que la altura de la torre no chocará con las leyes de Patrimonio, siempre que el edificio no toque la lámina del río Guadalquivir, ni tan siquiera la orilla de La Cartuja, ya que de lo contrario entraría en contacto con el casco histórico, protegido legalmente. Será la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta la que tendrá que decidir sobre el impacto visual del edificio. El otro gran hito será Torre Sevilla, una torre de 30 plantas y más de 105 metros de altura que construirá González Cordón por encargo del grupo sevillano Alar. Según el estudio de edificación, que ya ha pasado el visto bueno de Urbanismo, a la base del edificio irá adosado otra construcción en forma de L. Ambos estarán principalmente destinados a oficinas, aunque los 14 últimos pisos de la torre (del 16 al 30) podrían albergar un hotel.
La apuesta por la construcción en altura ha traspasado los límites de la capital y ha alcanzado a la comarca del Aljarafe, azotada por desmanes urbanísticos pero en la que imperan los edificios bajos. El pleno del Ayuntamiento de Mairena del Aljarafe aprobó hace unas semanas la construcción de una torre de 15 plantas y 60 metros de altura encima del futuro intercambiador del metro, en la zona residencial de Ciudad Expo, junto a un futuro centro comercial y de ocio, que padece ya monumentales atascos. Asimismo, el nuevo PGOU de Tomares prevé un edificio de 14 plantas, justo a la entrada del municipio desde la autovía Sevilla-Huelva y junto a la tienda de muebles de IKEA, cuyos accesos están ya congestionados de tráfico casi a cualquier hora del día.
- Córdoba. El arquitecto catalán Carlos Ferrater presentó en noviembre un proyecto de hotel y centro de negocios, encargado por la constructora Prasa. El edificio, que sustituirá al antiguo hotel Meliá, tendrá 45 metros de altura y costará 19 millones. Este proyecto, que todavía no ha recibido la aprobación municipal, ha generado tanta polémica que se llegó a crear una plataforma ciudadana en su contra por temor a que pudiera alcanzar los 70 metros de altura. El proyecto contempla la creación de dos cuerpos principales. El más alto albergará un hotel de alta categoría con un máximo de 140 habitaciones, culminado con un mirador. El segundo cuerpo, que estará acristalado y será más bajo, se destinará a usos comerciales y la celebración de congresos.
- Málaga. Para la zona de la Misericordia, Damián Quero ha diseñado un ambicioso complejo urbanístico que incluirá tres torres de 24 plantas de uso residencial en la esquina entre el paseo marítimo y una "gran manzana" que se construirá sobre los terrenos de la antigua central térmica. Quero explica que con este diseño pretende "romper la monotonía del diseño del paseo marítimo de poniente, una larga avenida con dos aceras de edificios". Además, se pretende dar a este espacio usos residenciales, comerciales, recreativos, de servicios y hoteleros. Por ello, Quero le ha dado el nombre de Nueva Acera de La Marina, repitiendo el de la emblemática plaza por la que Málaga se asoma al puerto, y a la que se dotará del máximo volumen de edificabilidad permitido por la ley. La gran manzana se articulará en torno al cruce del paseo marítimo con la Avenida de Moliére, que conectará la zona de expansión de Teatinos con el mar, con un gran edificio que ocupará uno de sus lados que tendrá usos residenciales y de oficinas. Al volver la esquina, en el paseo marítimo, se ubicarán contiguas las tres torres de 24 plantas que tendrán uso exclusivamente para viviendas. El intenso desarrollo urbanístico de los últimos años en la Costa del Sol no ha dejado edificios singulares. El único intento, un hotel de 24 plantas en Torremolinos en un edificio de cristal de 90 metros de altura con forma piramidal, se topó con el rechazo de la Junta de Andalucía.
- Granada. Si la Caja General es una de las instituciones más importantes de la ciudad, su sede no podía serlo menos. La entidad financiera dejó hace cuatro años su discreto palacete de la placeta de Villamena para trasladarse a la carretera de Armilla, en la vega que rodea la capital. Sus gestores encargaron el proyecto a uno de los popes de la arquitectura en Andalucía, el vallisoletano Alberto Campo Baeza, que concibió un gran cubo de hormigón fuera de escala respecto de los edificios circundantes que, inmenso, sobrio y sin ornamento, destaca desde cualquier punto alto de la ciudad. El enorme altar de cemento que lo sustenta, evita que otras construcciones impidan su visión. El impacto visual de la obra, que ha recibido varios premios, se completará con la construcción del futuro centro cultural de la caja de ahorros, que se levantará a las espaldas del tremendo cubo. Tendrá la forma de un enorme cine de verano de 7.200 metros cuadrados de planta, cuya pantalla coincidirá en altura con el cubo y se aprovechará para proyectar anuncios o filmaciones. El vasto inmueble albergará el Museo de la Memoria de Andalucía. Su gran superficie dará también para una mediateca, talleres de artes plásticas, una sala de exposiciones temporales y un gran auditorio.
- Almería. La idea de contar con una torre como edificio señero se presentó, en primer lugar, en Roquetas de Mar en 2002. El alcalde, Gabriel Amat (PP), anunció la construcción de dos torres de 30 plantas de altura unidas en su parte superior, en el lugar que ocupa el campo de fútbol del municipio, a tan sólo 300 metros de la costa. La idea de Amat se presentaba como receta para financiar un hospital público, una ciudad deportiva, un recinto ferial y el desdoblamiento de la autovía del Mediterráneo "sin tener que tocarle nada a ningún tipo de impuesto". El proyecto está pendiente de obtener el visto bueno de Obras Públicas en el nuevo PGOU presentado. En El Ejido el pasado 5 de septiembre se iniciaron las obras del edificio Torrelaguna de 33 plantas, de la empresa constructora Dórica. El proyecto propone dejar "muestra física" del ascenso de este municipio "más allá de los límites pronosticados". La torre contará con viviendas, oficinas, cafeterías y restaurantes y tendrá unos 100 metros de altura. En la capital almeriense también existe un proyecto de edificación de una torre de unas 30 plantas.
- Cádiz. En la provincia destaca la obra promovida por el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María y la Consejería de Cultura de la Junta para la construcción de un nuevo teatro en la plaza de El Polvorista. Los diseñadores han respetado la fachada de una antigua bodega para añadirle en altura un cajón de chapas metálicas cuyo interior acogerá el espacio escénico y que le ha valido al conjunto el apelativo popular de el cubo de Rubik. El efecto de la obra, que se desarrolla en el interior de un entorno de valor histórico, desentona con la riqueza patrimonial de El Puerto, conocida como la ciudad de la los cien palacios, por el espectacular crecimiento urbanístico experimentado a partir del S. XVI.
Con información de Reyes Rincón, Manuel Planelles, Diego Narváez, Manuel Altozano, María José López Díaz y Francisco José Román.
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