San Sebastián planea hasta 4.000 pisos en Martutene
El área de Antondegi, en la parte alta del barrio donostiarra de Martutene, albergará de 2.800 a 4.030 nuevas viviendas, la mayoría de protección oficial. Esta operación, impulsada por el Gobierno y el Ayuntamiento de San Sebastián, se convertirá en el mayor plan urbanístico de la ciudad junto al previsto en Auditz Akular, en Alza, donde están planificados de 2.340 a 3.500 pisos, la mayor parte también protegidos.
El consejero de Vivienda, Javier Madrazo, y el alcalde, Odón Elorza, firmaron el pasado marzo un convenio para ordenar conjuntamente la loma de Antondegi, situada entre Astigarraga y el polígono industrial 27.
Cuatro meses después, tras un concurso público, el Ejecutivo y el consistorio encargaron a tres equipos de arquitectos la redacción de otras tantas propuestas de diseño, que fueron presentadas ayer. La del equipo Uslan prevé levantar 2.800 casas, la mayoría en las zonas bajas del sur y el oeste. Reserva la parte alta a edificios de equipamiento y a un parque y plantea ampliar el suelo industrial con unos 97.000 metros cuadrados próximos al actual polígono 27, que se reparte entre San Sebastián y Astigarraga.
La de Ikaur prevé 3.000 viviendas, más de la mitad en la parte sur y a cota baja. La zona alta quedaría para instalaciones deportivas al aire libre. Propone dos zonas industriales, una como prolongación del polígono 27 y otra más cercana a Astigarraga.
La de Lombera planea 4.030 pisos, 3.500 de ellos a lo largo de toda la loma, donde iría también una zona deportiva y un parque. El área industrial se situaría cerca del actual polígono.
Un jurado formado por técnicos de Vivienda y del Ayuntamiento y representantes de todos los grupos municipales seleccionará en unos dos meses uno de los tres proyectos.
Por otro lado, Vivienda ha denegado de momento a la constructora Brues la calificación de protección oficial para 178 viviendas ya construidas y sorteadas en Riberas de Loiola, a la espera de que el Ayuntamiento donostiarra concluya las labores de urbanización de la zona. Brues sostiene que esta falta de urbanización va a demorar la entrega de llaves.
El consistorio achaca ese retraso al conflicto que mantiene con la constructora sobre el precio de venta de los pisos y asegura que trabaja "a toda marcha" para acabar la urbanización y que los propietarios puedan entrar a finales de marzo.
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