Historias sentidas
Tres son los hilos conductores en la unidad de los relatos del libro que acaba de publicar Txani Rodríguez. En primer lugar, cabe alegrarse de la originalidad que supone enmarcar los relatos en una narración, la del cartógrafo desdoblado en zahorí que abre y cierra el libro, de manera que estaríamos en una nueva versión de relato dentro del relato e incluso en una variante de la conocida técnica que supone el manuscrito encontrado, aunque aquí no hay manuscrito, pero sí historias encontradas en el corazón de la tierra, en una relectura de la idea panteísta de que la tierra habla. Se trata de escuchar, pues, los relatos escondidos en una geografía.
En segundo lugar, el cuento que da título al libro confiere el tono a la mayoría de las historias que contiene. Una historia sentimental, una mujer que espera a su novio que es aviador, que termina de manera triste.
Esta toma de posición narrativa influye en la determinación de la tercera clave: la utilización de un lenguaje que a veces recuerda una postura naïf e ingenua, y en otras recuerda algunas de los recursos utilizados por el modernismo y la literatura del realismo mágico, aunque existen historias que se acercan al humor cruel y a la narración negra. Un toque de especial surrealismo deja un toque de añoranza en los personajes.
La magia que se quiere transmitir a través de los retazos entrevistos en los relatos influye sobre momentos de la vida de los personajes que se quieren mágicos e imaginativos, anclados en historias perdidas o en acciones nunca realizadas, que se miran con pesar.
Txani Rodríguez: El corazón de los aviones. Elea. Bilbao. 2005. 107 páginas. 11 euros.
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