Acusados cuatro menores en Valencia de dar palizas a un compañero y grabarlas

Cuatro chicos de 14 años han pasado a disposición de la Fiscalía de Menores de Valencia acusados de propinar palizas, al menos en tres ocasiones, a un compañero de instituto, según informó ayer la policía. Tras la denuncia de los padres, una decena de implicados fueron interrogados, aunque sólo cuatro pasaron a disposición de la fiscalía porque los otros tienen menos de 14 años. Los agresores, que ya habían actuado contra otro alumno del instituto, el Juan de Garay, centro sin antecedentes de violencia, grababan las palizas en vídeo y observaban llorar y pedir socorro a la víctima.

Los padres de un muchacho de 14 años denunciaron ante la policía el pasado miércoles las agresiones de las que supuestamente estaba siendo víctima su hijo desde hacía 15 días por algunos compañeros del centro donde estudia, el instituto de educación secundaria Juan de Garay de Valencia, en el barrio de Patraix, y por chicos de otro centro cercano. El muchacho tuvo que ser atendido de las lesiones en un centro hospitalario.

Los agentes del Grupo de Menores (Grume), en colaboración con la dirección del instituto de secundaria, identificaron a los denunciados y tomaron declaración a una decena de estudiantes señalados como supuestos autores de puñetazos, patadas e insultos. Además, según informó ayer la policía, grababan a la víctima. Posteriormente, "observaban en la grabación cómo lloraba y pedía auxilio, a la vez que se cubría el rostro con las manos". De la decena de interrogados, cuatro, con los 14 años ya cumplidos, pasaron a disposición de la Fiscalía de Menores de Valencia y no consta, según fuentes del caso, que se arbitrara medida cautelar alguna.

La Consejería de Bienestar Social de la Generalitat Valenciana confirmó ayer que no había tenido conocimiento de ninguna medida de protección ni de internamiento entre el pasado miércoles y ayer martes. El resto de denunciados, que penalmente no pueden ser imputados porque tiene menos de 14 años, quedaron bajo la tutela de sus padres. Según fuentes de la investigación, uno de los menores supuestamente agresor ya había sido objeto de medidas disciplinarias por parte de la dirección del centro.

La fiscalía de Menores volverá a tomar declaración a los supuestos agresores en unos días. Según informó la policía en una nota oficial, además de la víctima cuyos padres presentaron la denuncia, los padres de otro alumno del centro también habían trasladado a la dirección que su hijo estaba siendo acosado y tenía miedo de ir a clase, hasta el punto de tener que ser acompañado en el camino de ida y vuelta al instituto.

Las supuestas agresiones tuvieron lugar fuera del instituto Juan de Garay, en el que estudian la mayoría de los denunciados. Sin embargo, hay varios de ellos que son alumnos de otro colegio cercano.

El estudiante del instituto Juan de Garay sufrió hasta tres agresiones y, según reconocieron algunas fuentes próximas a la víctima, las realizaba el mismo grupo de chavales, "sin motivo aparente alguno".

El instituto, con unos 800 alumnos matriculados, no es especialmente problemático y no ha tenido en anteriores ocasiones episodios conocidos de violencia escolar. Según algunos testimonios, la mayoría de los implicados no son alumnos del centro escolar y los cuatro que han pasado a disposición de la fiscalía "no eran los promotores, ya que el principal agresor no está matriculado en ese centro".

Fuentes del instituto Juan de Garay señalaron que las agresiones no están vinculadas a ninguna banda organizada de alumnos, ni hay motivaciones racistas o xenófobas. "Son chavales de Valencia normales y corrientes", comentó esa fuente, que prefiere guardar el anonimato, ya que la Policía ha abierto una investigación.

La dirección del centro de secundaria ha abierto un expediente disciplinario a los cuatro alumnos implicados presuntamente en estas palizas a un compañero. El expediente disciplinario será resuelto por parte de la Inspección Educativa en los próximos días.

La víctima es un alumno "normal" y aparentemente no había motivos para las agresiones, cuya única explicación es, de acuerdo con las declaraciones de los implicados, que "le cogieron manía".