Cómo salir del agujero
Subir las pensiones, gastar más en mayores, voluntariado, ofrecer servicios de asistencia. Un apunte de soluciones
El número de españoles mayores (de ellos, uno de cada cuatro es octogenario) supera en más de un millón al de menores de 14 años. La tendencia al envejecimiento en España es creciente: los mayores de 65 años se incrementan cada año en casi 150.000 personas. Tres de cada 10 españoles habrán cumplido esa edad en 2050. Habrá, entonces, más mujeres solas, porque viven más (su expectativa es de 82 años, frente a la de 75 de los hombres). ¿Cómo se puede paliar el riesgo de soledad y de pobreza? ¿Cambiarán las cosas cuando se jubilen las mujeres que ahora trabajan? ¿Ayudará la Ley de Dependencia, cuyo proyecto está ultimando ahora el Gobierno? A continuación se exponen las respuestas desde distintos ángulos.
- Las asociaciones. La solución estriba en que las mujeres ganen más, dicen. "Nuestra reivindicación es que las viudas, que son las más necesitadas, perciban al menos un 75% de la base reguladora de la pensión [que servía para calcular la del marido]. Ahora reciben, de media, un 52%", dice Paca Tricio, gerente de la Unión Democrática de Pensionistas (UDP), una confederación con 900.000 socios y 1.700 entidades. "Desde septiembre", continúa, "se ha hecho algún progreso. Hay unas 80.000 mujeres que pueden percibir a la vez la pensión de viudedad y la que se daba a las personas más necesitadas. Antes no se podían cobrar las dos". También la Confederación Española de Asociaciones de Mayores (Ceoma), la otra gran asociación de gente madura, pide que se suban las pensiones. "Al menos, es una situación transitoria que se corregirá cuando las mujeres que ahora trabajan, que son la mayoría, lleguen a jubilarse y tengan una pensión equiparable a la de los hombres", dice Eduardo González Rovira, su presidente.
- Los expertos. Lo único que cabe hacer es cambiar el sistema de pensiones, asegura Lourdes Pérez Ortiz, investigadora de la Universidad Autónoma de Madrid, "es decir, tocar las pensiones mínimas. O dar complementos a la pensión". El futuro sistema de Dependencia [que regulará la consiguiente ley a punto de entrar en el Parlamento para su tramitación] "no está hecho para aliviar las situaciones de pobreza, sino más bien para dar servicios a quienes lo necesiten". Antonio Abellán, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cree que habría que promover la colaboración de voluntarios, incluso entre los propios mayores, establecer redes de alerta. "Porque además ocurre que los servicios sociales se vuelcan con las personas solas, algo que tiene mucha visibilidad y produce mucha alarma social, pero las situaciones de dependencia más graves las padecen las mujeres mayores que suelen vivir con sus hijas, por estar muy incapacitadas".
- La Administración. Ángel Rodríguez Castedo, el director del Instituto de los Mayores y Servicios Sociales (Imserso), es muy claro en las soluciones: "Extender la teleasistencia, cuya cobertura ahora mismo es poquísima, hasta dársela a quien la pida. Y extender también la ayuda a domicilio. Nuestra distancia de cobertura con los países nórdicos es impresionante. Nosotros llegamos a un 3,4% de la población y ellos superan el 25%. También tenemos que ir subiendo las pensiones, las no contributivas y las de viudedad, de media un 8,5% anual".
Los socialistas ofertaron en campaña electoral que el servicio de teleasistencia llegara a 1.200.000 mayores y que 865.000 personas recibieran ayuda en sus casas. Según datos de 2004, el primer servicio llegaba sólo a 148.000 usuarios y la asistencia a domicilio, a 228.000.
En el informe del Imserso sobre los mayores en 2004 se resalta que los servicios sociales sólo atienden al 9,4% de la población, algo más de 600.000 personas.
- Los médicos. Los geriatras, aquellos médicos que se encargan del cuidado de los mayores, dicen que habría que invertir más en ese tramo de población. "Si acercásemos el gasto en vejez a la media europea, desaparecerían esas bolsas de necesidad", reflexiona Isidoro Rupérez, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Si se relaciona el índice de envejecimiento y el esfuerzo de protección a la vejez, España se sitúa en la peor posición de la UE: del grupo de los más envejecidos, es el que menos gasta en mayores.
"Habría también que esforzarse en prevenir la dependencia: instaurar hábitos de vida saludables primero, luego controlar las enfermedades crónicas y, cuando aparezca la dependencia, que se minimice". En eso es imprescindible el cuidado sanitario específico. Y sólo uno de cada tres hospitales tiene unidad de geriatría.
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