La Olimpiada Cultural de Turín abre con el arte contemporáneo
La reciente inauguración de T1. El síndrome de Pantagruel, una gran exposición organizada por los tres principales centros de arte contemporáneo de Turín - Castello di Rivoli, Galería de Arte Moderno y Fundación Sandretto Re Rebaudengo- ha abierto el programa de la Olimpiada Cultural de la citada ciudad italiana. El evento, que arropará la celebración de los Juegos de Invierno el próximo febrero, llenará Turín de arte, teatro, música, danza, cine y literatura hasta finales de marzo.
Pantagruel, la grotesca y voraz criatura creada por el escritor francés François Rabelais, es la metáfora perfecta de las formas de omnifagia, gigantismo y megalomanía cultural contemporánea, que se abordan en T1. El síndrome de Pantagruel, una exposición con voluntad de convertirse en un acontecimiento trienal, que presenta obras de 75 jóvenes artistas de todo el mundo (incluido el español Jorge Perís), junto a sendas monográficas de la colombiana Doris Salcedo y el japonés Takashi Murakami. La reflexión sobre el hambre cognitiva y el ansia de información que caracteriza la sociedad actual se extiende también al diseño del programa global de la Olimpiada Cultural, que incluye 52 eventos principales y más de 170 en total.
"La candidatura de Turín como sede olímpica se gestó durante la redacción del plan estratégico de la ciudad, que se inspira en el modelo de Barcelona", explica Fiorenzo Alfieri, concejal de Cultura de Turín, una ciudad que, aun sin renegar de sus origines obreros e industriales, no quiere seguir vinculada sólo al destino de Fiat.
Continuidad
"Queremos realizar un evento coherente e integrado que deje su huella y tenga una continuidad en el tiempo, así como los nuevos equipamientos para los que se prevén múltiples usos futuros", afirma Alfieri, refiriéndose al nuevo Palazzo dei Divertimenti, de Arata Isozaki; el PalaFuksass, de Massimiliano Fuksass, y el Palazzo Vela, reestructurado por Gae Aulenti.
Luca Ronconi será el principal protagonista de la sección dedicada al teatro con el estreno de cinco nuevos espectáculos, metáfora de los cinco aros olímpicos, producidos por el Teatro Stabile de Turín, que celebra su 50º aniversario. También ha despertado expectación Il colore bianco, una fantasmagórica epopeya inspirada en las sagas nórdicas, que combina teatro, danza y artes circenses, concebida y realizada por Giorgio Barberio Corsetti, uno de los principales representantes del teatro de investigación italiano. El Teatro Regio pondrá en escena las dos óperas que el propio teatro encargó a Giacomo Puccini, a finales del siglo XIX: La bohème que se propone en el histórico montaje realizado por Giuseppe Patroni Griffi para el centenario de su composición en 1996, y Manon Lescaut, que se presenta en una innovadora versión dirigida por el francés Jean Reno, en su primera incursión en el mundo de la lírica.
La especial relación de Turín con el Barroco será celebrada por una inédita versión de La tempestad con música de Henry Purcell.
Babelia
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