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Análisis:VOCES DE LA OTRA ORILLA | Samir A. Awad, profesor de la Universidad de Birzeit (Palestina) | ORIENTE PRÓXIMO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La postura palestina: fomentar las libertades

Los objetivos declarados de la conferencia de Barcelona, tal como se exponían en su Declaración, se encuadran en tres categorías. En primer lugar, los Estados miembros acordaron transformar la región en "área común de paz y estabilidad mediante el reforzamiento del diálogo político y de seguridad". Al igual que sucedió en rondas anteriores, las demandas palestinas de un acuerdo negociado que ponga fin a la ocupación israelí y dé paso a la independencia recibieron un gran apoyo.

Además, los asuntos relativos a las relaciones entre los Estados miembros se abordan desde el respeto a la Carta de las Naciones Unidas (es decir, a la soberanía de cada uno de esos Estados) y a la Declaración Universal de Derechos Humanos, que reafirman la postura de la UE de apoyar las libertades políticas y ciudadanas básicas, sobre todo cuando se trata de Palestina. En este sentido, los participantes en la conferencia también acordaron "fomentar la seguridad regional", adoptando estrategias de cooperación en la lucha contra el terrorismo, el crimen organizado o el narcotráfico. A mayor escala, este objetivo exigió el compromiso de crear en Oriente Próximo una zona libre de todo tipo de armas de destrucción masiva.

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El segundo objetivo de la conferencia es la cooperación en materia económica y financiera. Para ello, las partes se comprometieron a establecer un área de libre comercio en la región y a trabajar por la cooperación económica y financiera. El papel de la conferencia en este sentido es clave en el caso palestino, puesto que su economía ha quedado hecha añicos por la prolongada ocupación israelí, sobre todo durante los últimos cinco años. Este ámbito de posible cooperación afectará a la inversión, la industria, la agricultura y el transporte. Los miembros también acordaron colaborar en cuestiones como la energía, las telecomunicaciones y las tecnologías de la información, la planificación regional, el turismo, el medio ambiente, la ciencia y la tecnología, el agua y la pesca. En cuanto a la creación de una zona de libre comercio, las partes determinaron que el año 2010 sea la "fecha límite para iniciar un establecimiento gradual de esta área, que afectará a todo el comercio, respetando debidamente las obligaciones contraídas con la OMC". A los Estados miembros menos desarrollados de la Conferencia esto les exigirá un desarrollo económico basado en los principios del mercado y la integración, así como el "ajuste y la modernización de las estructuras económicas y sociales, dando prioridad al fomento y desarrollo del sector privado, a la actualización del sector productivo" y a la creación de una economía de mercado. Las partes "tratarán por todos los medios de mitigar las consecuencias sociales negativas que pueda generar este ajuste...". Todas esas políticas son bien acogidas en Palestina, que ha iniciado un riguroso proceso de reforma de sus instituciones económicas y sociales.

El tercer objetivo de la conferencia es la cooperación en materia social, cultural y humana. De hecho, éste es un requisito previo para poder avanzar en los dos primeros objetivos, y también es el necesario complemento moral de los descarnados intereses político-económicos de los miembros más desarrollados de la conferencia. En este sentido se hace hincapié en el patrimonio cultural y creativo, los acontecimientos culturales y artísticos, la coproducción (teatral y cinematográfica), la traducción y otras formas de difusión y formación culturales. Dado que la Declaración puso un "especial hincapié en los socios mediterráneos", este diálogo cultural parece más cercano a la globalización y la integración que a un auténtico intercambio cultural. Sin embargo, como da a entender el Proyecto de Descubrimiento del Arte Islámico (inaugurado este mes en Bruselas), realmente se pueden llevar a cabo medidas de intercambio, aunque sea de forma irregular.

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