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Portugal abandona la periferia artística con 'Del Zero al 2005'

La Fundación Marcelino Botín expone la obra de 19 artistas y un apartado de vídeo

"La exposición pretende desterrar la idea de Portugal como periferia artística". El crítico David Barro, profesor de arte contemporáneo en la Universidad de Oporto, propone como comisario de Del Zero al 2005. Perspectivas del arte en Portugal mostrar el carácter internacional del arte portugués actual, dominado por el vídeo. En la Fundación Marcelino Botín, de Santander, reúne 27 obras de 19 artistas y un apartado de vídeo, con piezas de 21 creadores.

David Barro toma como referencia temporal la exposición Alternativa Zero, que montó en 1977 Ernesto de Sousa con obras de 40 artistas, en un tiempo de aislamiento cultural y falta de información, para alargar hasta la actualidad el panorama del arte contemporáneo en Portugal, a través de un conjunto de artistas de las últimas generaciones que dejan su marca personal en el contexto internacional.

"Es una muestra de lo acontecido en Portugal, un panorama de sus artistas en los últimos 30 años, pero el catálogo refleja una situación más amplia, y se citan hasta 300 artistas, lo que demuestra una situación de gran potencial artístico que en gran parte se desconoce en España", declara David Barro.

El comisario ha tenido en cuenta los espacios de las dos plantas de la Fundación Marcelino Botín, de Santander (Marcelino Sanz de Sautuola, 3, www.fundacionmbotin.org, hasta el 11 de diciembre), para mantener una "fidelidad a los formatos", donde predominan los nuevos materiales y soportes de los noventa, que ocupan suelos y paredes.

La presencia de la pintura se limita a Pedro Calapez, en un conjunto de piezas de artistas como Sarmento, Cabrita Reis, Croft, Onofre, Almeida, Vasconcelos, Tabarra, Molder, Sendas, Torres, Blaufuks, Chafes, Sendas y Ulisses. Algunos de ellos son habituales en las galerías españolas, como los actuales montajes de Joana Vasconcelos, en Elba Benítez (Madrid), y José Pedro Croft, en SCQ (Santiago de Compostela), y La Caja Negra (Madrid), además de la histórica Vieira da Silva, en Leandro Navarro (Madrid).

Junto a las obras de los 19 artistas se ha formado un espacio para la visión de las obras de vídeo, un fenómeno que identifica el arte portugués actual, con piezas de 21 autores, entre ellos Tabarra, Ribeiro, Paiva, Campino, Cabral Santo, Araújo, Olaio, Jacinto, Queirós y Sarmento.

"No hay una característica del arte en Portugal, con artistas que viven una doble residencia, con los títulos de sus obras en inglés, dentro de una cultura visual más rica. Forman parte de un discurso internacional y no tienen un lenguaje específico portugués, salvo alguno, como Joana Vasconcelos, que hablan de su propio contexto", señala David Barro. Añade que el panorama que ofrece la exposición incluye artistas muy diferentes entre sí, sin lazos comunes, con unos lenguajes propios ligados a lo internacional, como "una hipótesis de supervivencia". "En los años setenta llegan a Portugal los temas de la desmaterialización del arte y la ruptura con las dictaduras de la pintura y la escultura, y hay artistas, como Almeida, Sarmento y Carneiro, que entran en este concepto global del arte. En este sentido, hay una exageración de los rasgos de moda en el contexto internacional, y sucede también en el campo del vídeo en los años noventa, que se justifica al ser un producto fácil de trasladar y exponer, en una situación semiperiférica".

El comisario indica que la primera generación de los noventa, que se enfrentó al sistema portugués y su contexto, ha sido tratada "injustamente por las instituciones", en los premios y exposiciones. Entre los artistas cita a João Tabarra, "que sigue con el rigor crítico, y otros se moderan". En el texto del comisario en el catálogo se tratan nuevos aspectos, junto a ilustraciones de piezas de artistas que no figuran en la exposición.

Obra de Alberto Carneiro que se expone en la Fundación Botín.
Obra de Alberto Carneiro que se expone en la Fundación Botín.PABLO HOJAS

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