El Ejecutivo catalán acude al Vaticano para protestar por los contenidos de la Cope
El Gobierno catalán ha expresado al Vaticano su queja por los contenidos "anticatalanes" que difunde la cadena Cope y, en concreto, el programa La Mañana, que dirige Federico Jiménez Losantos, desde que el Parlamento autónomo aprobó el nuevo Estatuto de Autonomía.
Una delegación del Ejecutivo de la Generalitat se entrevistó el pasado miércoles en el Vaticano con un funcionario de la Secretaría de Estado, a quien se entregó un informe sobre alguno de los contenidos transmitidos por esta cadena. La representación catalana estaba integrada por el secretario general de Presidencia, Xavier Vendrell, y la directora general de Asuntos Religiosos, Montserrat Coll.
El primer consejero del Ejecutivo catalán, el republicano Josep Bargalló, tenía concertada una entrevista con la curia vaticana desde hacía algunos meses para informar sobre el proyecto de nuevo Estatuto "y, particularmente, lo que dice respecto a la religión, la asistencia social y la enseñanza". Pero el martes, debido a la celebración del debate de los presupuestos en la Cámara catalana, Bargalló no pudo desplazarse al Vaticano y delegó su representación.
Según informó ayer Bargalló, el Gobierno catalán transmitió al Vaticano su protesta y su preocupación por el contenido de algunos programas de la cadena Cope y en concreto sobre ciertos comentarios a raíz de la aprobación del proyecto de Estatuto catalán. Asimismo, la Generalitat entregó copia de un manifiesto que han firmado alrededor de cuarenta intelectuales católicos catalanes rechazando "el fomento del odio, la incomprensión, la calumnia y la mentira" de la emisora propiedad de la Conferencia Episcopal Española. Entre los firmantes figuran Josep Maria Ainaud de Lasarte, Antoni Maria Badia i Margarit, Salvador Cardús o Llorenç Gomis. También se entregó un comunicado de la Conferencia Episcopal Tarraconense, que reclama "moderación" a esta emisora de radio.
El primer consejero señaló que la Secretaría de Estado del Vaticano se limitó a "tomar nota" de la protesta del Gobierno catalán. Bargalló calificó el encuentro de "cordial" y dijo que sirvió como "primera toma de contacto para normalizar las relaciones entre un Gobierno como el nuestro y un Estado que además es el máximo responsable de la Iglesia".
El viaje de los representantes del Ejecutivo catalán -a los 15 días del realizado por la vicepresidenta primera del Gobierno central, María Teresa Fernández de la Vega- provocó ayer las críticas del Grupo Parlamentario del PP, que ha presentado diversas preguntas interesándose por el coste del desplazamiento.
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