Julie Lipinski dedica su primer filme a las relaciones amorosas
"Tenía muchas ganas de explicar una historia personal", afirma la directora francesa
Parece uno de los personajes femeninos de El mejor día de mi vida. Treintañera, universitaria, soltera, atractiva, desenvuelta, simpática, emprendedora... Pero no. Ella es la directora de la película, Julie Lipinski (Niza, Francia, 1972). El parecido, sin embargo, tiene su explicación. La cineasta admite que, para su primer largometraje, se inspiró en sí misma y en su entorno. Se basó en vivencias propias y en las de amistades, familiares y conocidos. Por ello, considera el filme "una historia personal".
Pendiente en todo momento de su risueño y rubio bebé, Swane, que hoy cumple dos meses y que aguarda pacientemente en el cochecito a que su mamá acabe de atender a los periodistas convocados en la cafetería de un hotel barcelonés, Lipinski -coautora del guión junto a Laurent Tirard- cuenta que, para su puesta de largo cinematográfica, eligió rodar la clase de película que a ella le gustaría ver como espectadora, con una trama "protagonizada por padres parecidos a los míos, amigos como los que tengo, novios muy similares a mis ex o a los de mis amigas, en resumen, por la sociedad en la que vivo". "En fin, tenía muchas ganas de explicar una historia personal", insiste la directora. "Y hacerlo", añade, "con ironía y con mi particular sentido del humor".
"Me he propuesto relatar", explica , "que el matrimonio no es la solución de nada"
En este sentido, la cineasta francesa de origen polaco, que estudió cine en Estados Unidos y que hasta ahora ha trabajado sobre todo como guionista y como directora de cortometrajes -Théo, t'es là?, un plano secuencia de siete minutos, fue premiado en varios festivales-, confiesa que la escena de la reunión de amigos que abre el filme donde una de las parejas anuncia su boda, lo que da pie al enredo subsiguiente -la segunda pareja se anima a emular a sus anfitriones y la tercera entra en crisis-, la vivió ella en primera persona.También el personaje de Barbara -interpretado por Marisa Berenson-, la madre de Lola (Hélène de Fougerolles, La playa, Fanfan la Tulipe), la protagonista, resulta ser un remedo de la progenitora de Lipinski. "Mi madre, como Barbara, pertenece a la generación de Mayo del 68 y, sin ser feminista, tiene un gran discurso en contra del poder hegemónico de los hombres en nuestra sociedad y abomina de las convenciones burguesas, pero cada vez que se enamora su ideario se va al traste y, al igual que el personaje de mi película, actúa como una niña pequeña", comenta la cineasta.
El argumento de El mejor día de mi vida arranca, pues, con la citada cena, desencadenante del conflicto. Tras abandonar la casa de sus amigos, Lola y su compañero sentimental desde hace cinco años, Arthur (Jonathan Zaccaï, Les revenants), discuten al pedirle ella, como prueba de amor, nada menos que el matrimonio. Tras unos días de titubeos, el joven acepta. Y, a partir de aquí empieza a funcionar "la maquinaria infernal" de los preparativos para la boda. "Lo que me he propuesto es relatar que el matrimonio no es la solución de nada. Lo importante en la convivencia es conocerse bien a uno mismo, y el uno al otro", señala.
Lipinski se ha adentrado en el terreno de la comedia para abordar su pieza. "Cuando empecé sabía qué quería contar, pero no cómo hacerlo. Sin embargo, conforme iba escribiendo el guión, vi que el tono era divertido y agridulce al tiempo. Los diálogos estaban llenos de mi humor. Mi carácter es alegre, pero tengo también un fondo irónico, y así me ha salido la película".
Asegura que no se siente privilegiada por trabajar en una industria cinematográfica como la francesa, muy protegida por la política cultural de su país. "En realidad, tuve muchos problemas para rodar el filme. Fue duro. Porque era una ópera prima, porque se trataba de una comedia y porque soy mujer. Necesité coraje para seguir adelante". Sobre su futuro profesional, la joven cineasta revela que no le importaría probar con un drama. "Tal vez, una historia sobre niños, sobre el mundo de la educación", sopesa. "Aunque, hoy por hoy", concluye, "lo primero es mi bebé".
Babelia
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