"La dictadura argentina fue mucho más que una junta militar"

La cineasta argentina Julia Solomonoff es la directora de Hermanas, su primer largometraje, ambientado en la última etapa del régimen del general Perón, previa a la dictadura que se prolongó durante siete años. Solomonoff (Rosario, 1968) cuenta la historia del reencuentro de dos hermanas separadas a lo largo de ese periodo. La cineasta participó en la Semana Internacional de Cine de Valladolid a finales de octubre, donde presentó su película.

Pregunta.

Hermanas es su primer largo, ¿qué espera?

Respuesta. Ante todo, se trata de una película que tuvo que ver con mi regreso a Argentina tras vivir varios años en Estados Unidos, y es un trabajo que me ha generado un diálogo con varias generaciones de mi propio país. Lo que hasta ahora me ha dado Hermanas es una voz, porque siempre pretendí crear una obra que hablara con el público. No quiero contar una historia sin tener en cuenta a quien la está mirando.

"Todavía quedan entre nosotros muchos restos de autoritarismo y de corrupción"

P. ¿Y qué mensaje es el que quiere transmitir a ese público?

R. Pretendo que se ponga en el lugar de esas dos hermanas que se reencuentran nueve años después en un país que no es el suyo. No quiero que tomen partido por ninguna de ellas, sino que intenten entenderlas.

P. El hecho de que usted viviera la dictadura fuera de su país ¿le hace militar en algún lugar de la izquierda o del inconformismo?

R. Aunque mis padres se quedaron allá, tengo familia y amigos que tuvieron que exiliarse, pero sobre todo yo viví el miedo, la censura y la gran contradicción que supone ser niño y no saber qué cosas pasaban durante ese periodo. La protagonista de la película no es la dictadura argentina, entre otras cosas porque está ambientada en 1975, durante el gobierno peronista. En realidad, más que hablar de la dictadura, Hermanas plantea el reto de trabajar con lo que queda después de ese tiempo lleno de silencios, de secretos y de situaciones entre clandestinas y paranoicas que nos ha quedado a muchos argentinos, convertidos en víctimas y cómplices a la vez.

P. ¿Qué recuerdos tiene de esa época?

R. Recuerdo muchas cosas ya que en 1979, en plena dictadura, yo tenía 11 años y era la abanderada de mi escuela. Tuve que ir a un acto público presidido por el general Videla [último presidente militar argentino], que nos felicitó a todos. A pesar de que yo no sabía realmente qué es lo que estaba pasando en mi país en ese momento, sentía la tensión en mi casa, porque Videla no era una persona ni querida ni respetada, sino que generaba mucho rechazo y temor. Eso contrastaba con el orgullo que yo sentía como abanderada en un país dominado por el miedo.

P. Sobre la dictadura argentina se han hecho varias películas. ¿Hay espacio para una nueva?

R. Creo que a pesar de lo que se ha contado sobre esa época hay lugar para una nueva mirada, una nueva aproximación, y lo que hace diferente esta película de otras es que habla, sobre todo, de cómo reparar los daños provocados por la dictadura. No se trata de juzgar, sino de conseguir que la gente se reencuentre una vez acabado ese periodo, cuando se empiezan a conocer determinadas verdades dolorosas que pueden confrontarnos y herir a muchas familias. Eso es lo que he pretendido aportar con Hermanas, qué hacer para recomponer un vínculo social, familiar, nacional; cómo se rearman las relaciones entre las personas después de tanto enfrentamiento.

P. ¿Y cómo se pasa página?

R. Con la verdad, hablando y escuchando y asumiendo las responsabilidades individuales. Entendiendo que la dictadura militar fue mucho más que una junta militar y 30.000 desaparecidos, fue un proceso bastante más complejo que involucró a muchos civiles en ambos lados y que lo sufrió todo el país desde diferentes ángulos. Un país entero que me parece que tiene también una cierta responsabilidad por lo que sucedió, aunque sea complicado explicar esa mezcla de dolor y culpa que he intentado reflejar en la película.

P. ¿Por qué cree que durante las dictaduras es tan difícil ver lo que está sucediendo delante de nuestras propias narices?

R. La mejor manera de entender el miedo es ponerse en el lugar del otro, porque es un sentimiento muy fácil de analizar cuando no se tiene. Antes de que empezar la última dictadura, Argentina había sufrido muchas otras, pero ninguna con la ferocidad de esta última. El miedo ayuda siempre al dominador.

P. Su hija tiene ahora cuatro meses. ¿Cree que está libre de padecer algún día hechos similares a los que se cuentan en la película?

R. La expresión "nunca más" está instalada en la sociedad argentina, por lo que no creo que vuelva a haber una nueva dictadura. Lo que sí opino es que en la política que se practica hoy existen muchos resabios de esa época y quizá por eso hice Hermanas, no tanto por el miedo a que vuelva aquello sino porque todavía quedan entre nosotros muchos restos de autoritarismo, de corrupción, de hacer la vista gorda ante determinados comportamientos.