Harry Potter ya no es un niño
'El cáliz de fuego' desarrolla una trama más dramática que las tres películas anteriores
Cuando Daniel Radcliffe fue elegido para interpretar el papel de Harry Potter tenía 11 años. Lo mismo que Rupert Grint (Ron Weasley, el amigo de Harry), que comenzó el rodaje de La piedra filosofal a punto de cumplir los 12. Emma Watson, la más pequeña, fue seleccionada para hacer de la empollona Hermione Granger cuando tenía 10. Desde entonces han pasado cinco años y tres películas que han amasado más de 2.000 millones de euros en la taquilla internacional, a los que ahora hay que sumar los aproximadamente 100 millones conseguidos en un solo fin de semana durante el estreno de la cuarta entrega de la saga de este joven mago, Harry Potter y el cáliz de fuego. Motivo de celebración para los seguidores de los libros de J. K. Rowling y para los estudios Warner, productores de esta saga millonaria, pero también un motivo de reflexión sobre el futuro cinematográfico de unas jóvenes estrellas que, como sus personajes de ficción, se están haciendo mayores a marchas forzadas.
"Es demasiado pronto para sentirme cómodo viéndome en las primeras películas, pero un día que pillé un fragmento de La piedra filosofal en televisión creí que le pasaba algo al sonido porque no reconocía la voz de pito que salía de mi boca", reconoce Radcliffe.
Ahora tiene 16 años y, aunque su cara aún conserva la pelusa de los niños, sus facciones son más angulosas y sus músculos mucho más pronunciados tras la preparación física que necesitó para el rodaje de El cáliz de fuego. El libro, de 734 páginas, marcó la diferencia respecto a los anteriores no sólo en tamaño sino en su temática, mucho más dramática. Los tres protagonistas tienen que compaginar sus deberes en la escuela Hogwarts y su lucha contra el Mal con los cambios hormonales de la adolescencia y la muerte de uno de los personajes.
En España, esta cuarta entrega se estrena con la calificación de "no recomendada para menores de siete años". En EE UU se ha estrenado con la de "menores de 13 años acompañados". "No estábamos seguros porque pensábamos que se perdería un buen pellizco de la audiencia. Pero también teníamos que liberar a estos adolescentes, no podíamos seguirlos tratando como niños", afirma su director, Mike Newell, el primer británico que dirige una de las entregas de esta saga.
El resultado del experimento no ha podido ser más satisfactorio y en su estreno estadounidense El cáliz de fuego ha superado en taquilla a sus predecesoras, contando con una curiosa división de su público por edades: El 32% fueron adolescentes; el 38%, mayores de 18 años, y el 30% restante lo componen los menores de 12 años (un 10%) y sus padres (un 20%). "Cada año ha sido diferente. La historia va creciendo, Dan, Emma y Rupert también van teniendo otras experiencias y el público va respondiendo", resume David Heyman, que ha estado al pie del cañón como productor de esta saga desde su comienzo.
La quinta entrega, Harry Potter y la Orden del Fénix, ya está en preproducción con el también británico David Yates de director y un rodaje previsto para 2006, y con respecto al sexto libro, Harry Potter y el príncipe mestizo, Steve Kloves se enamoró tanto de él que regresa como guionista a pesar de que había dicho que la cuarta película era su última colaboración en esta saga. "Cada película es una nueva aventura", reincide Heyman. "Los personajes siguen creciendo y nuestros actores también", insiste. Otra cosa es la disponibilidad de cualquiera de ellos para llevar la saga hasta el final con ese séptimo volumen que aún está por publicar. El rodaje de Harry Potter y el cáliz de fuego llevó 161 días, una duración inusual incluso para una gran producción, pero necesaria dado que la juventud de sus protagonistas les impide por ley trabajar más de cuatro horas y media al día. A este paso, la quinta entrega no llegará a las pantallas hasta junio de 2007 y la sexta no está prevista hasta 2008, eso si se llega a hacer. "En estos momentos sólo hemos firmado para la quinta, y como ni tan siquiera hemos empezado a rodar, de la sexta ni hemos hablado", admite Heyman.
A los tres protagonistas les parece impensable la idea de un Harry Potter sin su presencia, pero tampoco lo descartan. "Me leí el sexto volumen en día y medio y me encantaría hacerlo, pero de momento ni pienso en ello. Es algo que me pilla muy lejos", admite Radcliffe, que este año rodará su primer filme fuera de la franquicia de Harry Potter, titulado December Boys. Grint está más dispuesto a continuar, en especial ahora que ha dejado los estudios, pero también ha comenzado una carrera más allá de Ron Weasley con la comedia británica Driving Lessons. "Yo llevo cuatro años negándome a ser Hermione, pero ahora sé que si alguien más hiciera mi papel me daría algo", admite Watson, quizá conocedora de que si Heyman tiene algo claro es que el público llegará a ver los siete libros de Harry Potter en la pantalla, con o sin ellos.
Babelia
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