El PP, en el espejo
No parece tener límites el Partido Popular a la hora de hacer oposición. Ayer, a través de su diputado Vicente Martínez-Pujalte, que seguía la senda trazada la víspera por el portavoz Eduardo Zaplana, no dudó en mancillar a instituciones nacionales y europeas con el único objetivo de socavar a Zapatero. Ambos diputados populares, en una exhibición de ignorancia sobre el funcionamiento de las instituciones europeas, sostuvo la peregrina argumentación de que, si llega menos dinero de los fondos europeos, caerá sobre el Gobierno la sospecha de haber negociado bajo cuerda esa rebaja a cambio de la inhibición de Bruselas en la OPA de Gas Natural sobre Endesa. El PP y sus cajas de resonancia mediáticas sostienen que esa negociación habría sido el objeto de la entrevista entre Zapatero y el presidente de la Comisión Europea, Durão Barroso. Aparte de que está acusando de prevaricación a ambos, de todos es sabido que la reducción de los fondos está ya inscrita en el horizonte europeo desde la ampliación a 25 y, sobre todo, debido al aumento de renta relativa que se ha producido en las regiones españolas respecto a la media comunitaria.
El presidente Barroso, que pertenece al Partido Popular Europeo, tildó anteayer de absurda la acusación. Y lo es. En primer lugar, porque no hay relación posible entre la negociación de los fondos y la OPA. La decisión sobre las próximas perspectivas financieras 2007-2013 no la tomará Barroso, ni siquiera la Comisión, sino que debe ser decidida por unanimidad de los Veinticinco, y está hoy en manos principalmente de la presidencia británica de turno, así como de los dos socios de más peso, que son Berlín y París. En segundo lugar, poco tiene que decir Barroso de la OPA. Era una decisión que podía tomar autónomamente la comisaria de la Competencia, Neelie Kroes, que ha preferido acudir a una decisión del Colegio de Comisarios para que no hubiera sombra de parcialidad. Precisamente ha sido el PP el que ha dado un pésimo espectáculo intentando presionar sobre sus amigos en la Comisión.
En las acusaciones que lanza el PP se reflejan como en un espejo sus comportamientos sectarios, que persiguen el objetivo de aplazar y, si puede, frustrar la operación. Para ello no duda en amalgamarlo con todo, Estatuto catalán incluido, hasta expresar su preferencia por capital extranjero antes que por una institución de ahorro española. Tal como ha recordado Solbes, la legislación en Bruselas es la misma que en Madrid. El PP es el principal partido de la oposición y no debe seguir lesionando intereses económicos legítimos, la imagen de España, la de la Comisión y la suya propia. Y hora es ya de que abandone la politización de la OPA sobre Endesa.
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