Una nueva ley rusa establece férreos controles sobre las ONG
La Duma Estatal aprobó ayer en primera lectura la nueva ley sobre las organizaciones no comerciales que puede conducir al cierre de las representaciones de organizaciones no gubernamentales (ONG) extranjeras en Rusia, a un severo control de las ONG nacionales y a la desaparición de muchas de ellas, según afirman activistas de derechos humanos. Los diputados rusos ignoraron las peticiones del Defensor del Pueblo, Vladímir Lukín, y de los miembros de la Cámara Social -estructura creada por el Kremlin para, teóricamente, desarrollar la sociedad civil y pronunciarse sobre los proyectos de ley- de aplazar la discusión y aprobación de esta nueva ley que representa, según Amnistía Internacional, un duro ataque contra la libertad de asociación.
La ley, que establece normas especiales para registrar las organizaciones no comerciales, fue propuesta por representantes de los cinco grupos parlamentarios que tiene la Duma (los partidos liberales demócratas no lograron superar en 2003 la barrera del 5% para obtener representación en el Legislativo) y aprobada por 370 votos a favor, 18 en contra y tres abstenciones.
Oficialmente, el endurecimiento de las normas para registrar las ONG está dictado por la necesidad de luchar contra el terrorismo, el extremismo y el lavado de dinero. Además, en diversas ocasiones dirigentes rusos han acusado a las ONG de servir de cobertura para el trabajo de espías. Por último, Moscú culpa a las ONG financiadas desde el extranjero de haber provocado las revoluciones de las rosas en Georgia, naranja en Ucrania y de los tulipanes en Kirguizistán y teme que lo mismo pueda ocurrir en Rusia.
El verdadero objetivo que busca el Kremlin, según los defensores de derechos humanos, es poseer los instrumentos legales necesarios para clausurar cualquier organización que critique las actuaciones del actual régimen. Con esta nueva ofensiva contra las conquistas democráticas, el Kremlin recupera el control sobre prácticamente la única esfera que aún goza de independencia.
Prohibir y expulsar
"Las normas de esta ley son sumamente elásticas y persiguen prohibir las actividades de las ONG y expulsar a cualquiera que se encuentre fuera de los límites del poder del Kremlin", opina Oleg Orlov, presidente de la organización de derechos humanos Memorial.
Unas 400.000 organizaciones no comerciales funcionan actualmente en Rusia y miles de ellas pueden verse obligadas a terminar sus actividades si la ley pasa las dos lecturas que le quedan sin que se le hagan modificaciones sustanciales. Los pronósticos en este sentido son poco alentadores y pocos dudan de que del documento no desaparecerán las normas que permiten controlar y, si el Gobierno considera necesario, cerrar a las organizaciones independientes.
En cualquier caso, Lukín ya ha advertido de que si se aprueba la ley recurrirá al Tribunal Constitucional ya que no duda de que muchos de sus puntos contradicen la Carta Magna rusa.
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