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Columna
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Tolstói

Una señora bastante mayor, lúcida y guasona, pregunta cada mañana a su nuera: "Carolina, ¿estoy muerta ya? Si fuera así, llama a Paquita, la peluquera, para anular la cita del lunes y dile a mi hijo que haga un entierro informal donde no falten ni el jamón, ni las ostras, ni el jazz. Si acaso siguiera viva, cosa que sólo Dios sabe, sugiero un desayuno exótico, querida. Que el tocino esté en su punto; huevos escalfados y caviar iraní, pero no fundamentalista". Carolina, acostumbrada al rito, sigue la corriente con maestría: "Relájese, señora. Está usted más viva que una lagartija en la parrilla". Y dice la matrona: "No sé si celebrarlo o lamentarlo. Sírveme un vermú para pensar... Por cierto, querida, ¿qué día es hoy?".

-¡Es el 20-N, señora!

-Ya recuerdo. Hoy hace 95 años que murió el gran León Tolstói, mi amor platónico. Sublime. Era inmensamente rico, pero acabó sus días tirado en una estación de tren. Había abandonado su casa a escondidas huyendo de su esposa, la muy lagarta. Te aseguro, Carolina, que Guerra y paz les da ciento y raya a todos los culebrones y a todas las televisiones del mundo. Los poderes ocultos no quieren que el pueblo lea, y por eso nos están emborrachando de televisión. ¡Arriba, parias ilustrados de la tierra!

-¡Es el 20-N, señora!

-¡Ah, sí! Hoy hace 30 años que Juan Carlos I se convirtió en rey de España y nuestro pueblo empezó a respirar.

-Vale, señora. ¡Pero le repito que hoy es el 20-N!

-¡Bienaventurados los que no esperan nada, porque nunca serán defraudados!

-¿Es que está usted muerta, mi querida suegra?

-Claro, Carolina. Estoy muerta de risa. Sírveme otro vermú.

-¿No le dice nada a usted el nombre de Franco?

-Francos son los franceses, pero tú bien sabes que mi verdadero amor secreto es Franco Nero.

-¡Le hablo del caudillo, de Paco el gallego!

-Sólo hay un Paco en mi vida, Paco Rabal. Los demás son prescindibles. Otro vermú, Ana Karenina.

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