Elorza admite que los ayuntamientos no han sabido dar una respuesta adecuada al drama de las víctimas

El alcalde de San Sebastián, Odon Elorza, realizó ayer, en primera persona, una autocrítica profunda en relación con la respuesta que han dado los ayuntamientos vascos a la situación dramática vivida por muchos de sus ciudadanos, grupos sociales o políticos en los últimos años, como víctimas del terrorismo etarra.

"No hemos sabido estar a la altura de las circunstancias para esgrimir la defensa del derecho a la vida y la libertad de estas personas; no hemos sabido valorar el ejercicio de los derechos humanos en el seno de las ciudades vascas. Ha habido demasiados silencios; hemos tenido demasiados actos de cobardia y no hemos estado moralmente a la altura de las circunstancias. Por lo tanto es bueno aceptar, y yo en primera persona, este ejercicio de autocrítica", admitió Elorza ante un auditorio repleto de víctimas al inaugurar los Encuentros de Educación para la Paz y resolución de conflictos que ha organizado el ayuntamiento donostiarra.

Elorza también reconoció que estamos viviendo tiempos de "esperanza fundamentada" y quiso dejar claro el compromiso "político y ético" de la ciudadanía de San Sebastián a la hora de defender la paz y buscar la reconciliación para superar esta "etapa negra". Lo enmarcó en el programa intensivo sobre la educación en valores que desarrolla e impulsa la delegación de Derechos Humanos, Cooperación y Educación desde el consistorio.

Las sinceras palabras de Elorza fueron corroboradas por la representante del Foro de Víctimas instituido en San Sebastián, Amaia Guridi, viuda de Santiago Oleaga, director financiero del Diario Vasco que asesinó ETA. Guridi fue 26 años educadora en un colegio donostiarra antes de convertirse en víctima, y reconoció que el mundo educativo, al igual que la sociedad, "no ha hecho lo suficiente" para contribuir a una convivencia en paz porque ha estado muy poco concienciada con el problema del terrorismo. Y mostró su esperanza de que, ante un próximo futuro de paz, las víctimas no caigan en el olvido.