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Crítica:ÓPERA | 'Don Chisciotte
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

'La ópera se instala en La Mancha

A la 1.20 culminó en el teatro municipal de Tomelloso una aventura apasionante, la primera representación en tiempos modernos de una ópera sobre Don Quijote estrenada seguramente en Nueva York o París hacia 1826-1827 y cuya partitura, totalmente olvidada, se ha encontrado recientemente. El autor, Manuel García, era el padre de María Malibrán, Pauline Viardot y otro Manuel García que también ha pasado a la historia como creador de un método de canto de referencia. Sitúa la historia desde la perspectiva de Pauline Viardot la mezzosoprano Teresa Berganza en una proyección cinematográfica que se ofrece como introducción al espectáculo, con el fondo de un viaje a Nueva York en barco de la compañía de los García para difundir allí la música de Mozart y Rossini y la propia de Manuel García, autor de al menos un par de docenas de óperas.

Don Chisciotte

De Manuel García. Edición crítica y dirección musical: Juan de Udaeta. Dirección de escena: Gustavo Tambascio. Con Rufus Müller, Javier Galán, Cristina Obregón, José Julián Frontal, Manuel Beltrán, Jon Plazaola, Sonia de Munc, Marina Pardo, Juan Pedro García Marqués, Pedro Farrés, Aurelio Puente y Tomeu Bibiloni. Orquesta de Cámara Galega, Coro Intermezzo. Colaboración especial: Teresa Berganza. Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Comunidad de Castilla-La Mancha. Teatro Municipal, Tomelloso, 12 de noviembre.

Este aire de compañía itinerante de cómicos se percibe en este espectáculo recién estrenado en plena Mancha, en Tomelloso, con parada y fonda posterior en Albacete el martes, en Puertollano el jueves y en Valdepeñas el sábado, antes de incorporarse en primavera a la temporada de ópera del Maestranza, que para algo el compositor era sevillano, y ser acogido a comienzos de enero de 2007 en el Español de Madrid. El teatro Municipal de Tomelloso acogió muy bien el espectáculo, no solamente desde el punto de vista técnico sino, y esto es lo más importante, por el calor de un público local de toda clase y condición que abarrotó el recinto y vibró con el espectáculo más que si estuviera en La Scala de Milán. Y a un precio más asequible: 12 euros.

Porque digámoslo ya: la música es estupenda, de un rossinismo fresco y bien construido. Y enamoró tanto a sus promotores que no se cortaron un pelo y aprovecharon hasta la última nota con lo que aquello tuvo la duración de una ópera de Wagner y la cosa terminó a la hora que terminó, y a ello puso su granito de arena adicional el autobús "oficial" que venía de Madrid con una buena parte de los organizadores y los críticos de la capital, que se perdió por la ancha Castilla y en una pirueta digna de Cervantes empezó a regresar a Madrid una vez pasada Alcázar de San Juan hasta que alguien dijo en plan bromista que "nos hemos perdido", y resulta que era verdad. Conclusión: la representación empezó 20 minutos más tarde de lo previsto. Y aún hubo más incidencias. Por ejemplo, hubo que cambiar de tenor entre el primer acto y el segundo a causa de una afonía repentina del que hacía el personaje de Cardenio. La compañía estuvo espléndida -tenor sustituto incluido-, con destacadas actuaciones de Javier Galán, Cristina Obregón, Marina Pardo, en fin, de todo el conjunto, que no es ésta una ópera de individualidades. Juan de Udaeta, otro de los colosos de esta historia, dirigió con empuje a una jovencísima orquesta de cámara gallega, y Gustavo Tambascio contó teatralmente lo que se estaba cociendo con oficio, experiencia y un puntito de locura, en un clima entre bizantino y socarrón, con citas de homenaje a la comedia musical o al teatro más intrínsecamente castellano.

No puedo evitar citar, en esta apoteosis de "ópera manchega", la presencia de Sonsoles Espinosa en el muy solvente coro Intermezzo. No puedo y no quiero. Porque la participación de la mujer del Presidente del Gobierno en activo en un espectáculo tan importante musicológicamente y lúcido teatralmente como es éste, indica una actitud de "locura y cordura" que despierta de inmediato la admiración. Con gestos así uno tiene la sensación de que este país incluso tiene arreglo.

Sonsoles Espinosa, en el centro, cantando en el coro durante el ensayo general de <i>Don Chisciotte</i>.
Sonsoles Espinosa, en el centro, cantando en el coro durante el ensayo general de Don Chisciotte.EFE
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