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Reportaje:

Un telepredicador en vaqueros arrasa en Egipto

El islamista Amer Jaled lucha desde la pequeña pantalla por el renacimiento de Oriente Próximo

Ángeles Espinosa

El fenómeno televisivo de este Ramadán en Egipto no ha sido el típico culebrón, sino las charlas vía satélite de un predicador que defiende la fe como motor de desarrollo. Amer Jaled hace furor entre los jóvenes. No sin controversia. Tras dos años fuera de Egipto a raíz de su censura en la televisión y las mezquitas locales, el islamista en vaqueros ha regresado para impulsar sus proyectos. "Tengo una misión que es ayudar al renacimiento de esta zona del mundo", declara sin jactancia.

Para Jaled (Mansura, 1967), "esta zona" no es el mundo islámico, ni siquiera el mundo árabe, sino Oriente Próximo, donde sospecha que en los próximos años van a agravarse los problemas, incluido el terrorismo.

"El islam nos enseña a aceptar a judíos y a cristianos en nuestros países"

"De momento, los extremistas son una minoría", declara en su funcional despacho del barrio cairota de Mohandisín, "pero si no desarrollamos la región, terminarán siendo la mayoría". Y por eso propone el "desarrollo a través de la fe", que en su opinión "es lo único capaz de motivar a la gente en esta parte del mundo".

Jaled concentra sus esfuerzos en la juventud. Ante los problemas de desempleo, anima a los jóvenes a empezar sus propios negocios y promociona sus ideas. Casi 1,5 millones de ellos han participado -a través de su programa de televisión o de su página web- en el proyecto Sonnaa al Hayat (Creadores de Vida). Para el año que viene, planea pasar al terreno de la formación. "Iniciamos un curso de informática y en dos meses se inscribieron 30.000 interesados; he hablado con el príncipe Carlos para ver si su fundación nos puede facilitar 50.000 ordenadores baratos. Nuestro objetivo es enseñar a 100.000 el año próximo", adelanta.

Pero es sobre todo su lenguaje, directo y actual, lo que atrae a jóvenes y menos jóvenes. "El islam es coexistencia con el otro, el islam nos enseña a aceptar a judíos y a cristianos en nuestros países, el islam habla de los derechos de la mujer, el islam es paz y no guerra", repite con un entusiasmo contagioso. Su crítica de la violencia, el recurso a las bombas o la versión de la yihad como la mejor forma de luchar contra los abusos de Occidente debieran satisfacer al Gobierno. Sin embargo, su popularidad está bajo sospecha.

De la misma forma que insiste en ser positivo y en construir, no se muerde la lengua en culpar a Occidente de la reacción violenta que ha surgido dentro del islam. "Es fruto de los errores que ha cometido en nuestros países", proclama. "Tenemos una grave carencia de libertades, derechos y justicia; la falta de libertad es responsabilidad nuestra, pero la falta de derechos y de justicia es responsabilidad de Occidente. Ustedes se llevan nuestras materias primas y nos venden los productos terminados, lo que aumenta el desempleo y la deuda", explica con el lenguaje directo y simple con que se gana a sus audiencias.

Aunque Jaled afirma que no tiene ambiciones políticas, su discurso recuerda al lema "el islam es la solución" con el que los Hermanos Musulmanes concurren a las elecciones legislativas en curso. "Mi proyecto es muy distinto", aclara el telepredicador, "la Hermandad se dirige a los religiosos, yo me dirijo a todo el mundo, musulmanes y cristianos, mujeres con y sin velo, religiosos y quienes no lo son; hablo de desarrollo". Además, achaca a ese movimiento haberse quedado anquilosado en el siglo pasado. "El mundo ha cambiado mucho", añade.

Pero por grandes que sean las diferencias, algunos analistas estiman que la actitud del régimen egipcio hacia Jaled está ligada a la situación de la Hermandad. Nabil Abdel Fatah, investigador del Centro de Estudios Estratégicos Al Ahram, argumenta que las autoridades forzaron su salida del país ante su creciente popularidad entre las clases medias y el temor a que los islamistas se beneficiaran de ese tirón en un momento en que estaban bajo control. "Ahora la situación ha cambiado. Los Hermanos Musulmanes han adquirido una gran fuerza y el regreso de Amer Jaled sirve de contrapeso, ya que se trata de un predicador moderado", manifiesta Abdel Fatah.

El telepredicador Amer Jaled, en su despacho de El Cairo.
El telepredicador Amer Jaled, en su despacho de El Cairo.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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